La primavera llega con su buen clima y las plantas que florecen, pero también con las alergias. Y, por eso, en Arriba Argentinos entrevistaron a una experta para conocer cómo minimizar su efecto y qué precauciones conviene tomar.
“El desafío es no tener los ojos llorosos, tratar de tener la voz bien, tratar de pasar lo mejor posible esta etapa de clima tan bonito, pero a la vez con afecciones relacionadas con la alergia”, empezó diciendo Guillermo Lobo, para luego entrevistar a la otorrinolaringóloga Stella Cuevas.
“En realidad, esto ocurre a las personas que tienen una condición genética, o sea, tienen la herencia. Y a eso se le suma el cambio climático, la contaminación ambiental y todos estos cambios atmosféricos. Pero, en los últimos tres años aparecieron personas que creían que no tenían la condición genética, y ahora, por este cambio climático y estas condiciones atmosféricas tan distintas que estamos viviendo, aparecen a la consulta”, indicó la experta.
“Vos sabés que yo nunca fui alérgica y de repente, te levantás de la cama y, en ese momento, decís ‘pero no tomé demasiado frío, no abrí todavía la ventana’. ¿Qué cambia de estar adentro de la cama a salir y empezar a estornudar y seguir todo el resto de la mañana?”, le preguntó Valeria Sampedro.
“Ahí te pasan dos cosas. La primera, que sos una alérgica seguro y, como salís de la cama, ahí están los ácaros, que son los alergenos intradomiciliarios. Entonces te empezás a mover y empezás con los síntomas. Después, abrís un poquito la ventana, que es cuando no hay que abrirla a la mañana temprano en estos días. No hay que hacerla ni a la mañana temprano ni a la noche, hay que hacerla al mediodía. Pero lo que te va a pasar es que salís a la calle y te vas a encontrar con que hay viento”, le contestó.
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El árbol que provoca la alergia
Y prosiguió: “Y hay un árbol acá que es muy dañino para los alérgicos, que siempre hay una controversia con este árbol, que es el plátano. Porque tiene un frutito redondito que tiene pelitos y que, cuando hay viento cae al piso por un choque osmótico”.
“Y el viento, como tiene un peso molecular muy liviano, hace que sea fácilmente transportable. ¿A dónde va? Va a la conjuntiva de los ojos, de la nariz, de la garganta. Entonces el paciente empieza con picor de ojos, te empezás a frotar los ojos, tenés picor de nariz, el saludo alérgico y la nariz chorrea”, cerró la especialista.
