Luciana Salazar volvió a estar en el centro del debate público tras compartir en redes sociales un video en el que se ve a su hija Matilda Salazar, de seis años, interactuando con elementos de gimnasio. Aunque la niña parece estar jugando, las imágenes generaron controversia. Algunos usuarios en redes sociales criticaron que una menor utilice pesas, mientras que otros defendieron la iniciativa de fomentar la actividad física desde edades tempranas.
Leer más
¿Es seguro que los niños entrenen fuerza? En Arriba Argentinos hablaron con un experto para entender los riesgos y beneficios. Santiago Cuaitel, pediatra y deportólogo (M.N 93.789), desmitifica una creencia arraigada: el entrenamiento de fuerza no detiene el crecimiento.
“Ese mito tiene el mismo sustento científico que decir que comer sandía y tomar vino al mismo tiempo te mata”, afirmó. Según el especialista, los niños realizan ejercicios de fuerza desde sus primeros meses de vida, cuando sostienen la cabeza, se sientan, caminan o saltan. Sin embargo, hay una diferencia entre estos movimientos naturales y el entrenamiento guiado.
El pediatra explicó que un niño puede empezar a entrenar fuerza cuando es capaz de entender y ejecutar las consignas de un profesor especializado, lo cual generalmente ocurre entre los 6 y 7 años. Este entrenamiento debe ser progresivo, siempre supervisado por un profesional capacitado que garantice el respeto por la técnica y las cargas adecuadas.
La importancia del contexto y los hábitos saludables en niños
Las críticas hacia Salazar abren un debate más amplio sobre los hábitos infantiles. Cuaitel destacó que la actividad física supervisada es menos peligrosa que otros comportamientos comunes, como el consumo frecuente de comida rápida. “Criticamos que un niño esté en un gimnasio, pero no cuestionamos que consuma productos ultraprocesados a diario”, comentó. Además, recordó que actividades cotidianas como cargar una mochila escolar pueden implicar esfuerzos físicos mayores que levantar una pesa de dos kilos.
En cuanto a las mujeres jóvenes, el especialista señaló que la llegada de la menarca, o primera menstruación, no marca un límite para empezar a entrenar fuerza. Desde un punto de vista biológico, las adolescentes ya están preparadas estructuralmente para realizar diversas actividades físicas, siempre que cuenten con el acompañamiento adecuado.
Cuaitel enfatizó que el desarrollo de un niño en el deporte debe abarcar todas las capacidades motoras: fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad y coordinación. Este enfoque integral es clave para fomentar un crecimiento saludable y equilibrado.
El video de Matilda Salazar en el gimnasio no debería generar alarma, sino reflexión. Según los expertos, el ejercicio físico, cuando se realiza bajo la supervisión de un profesional, es seguro y beneficioso para los niños. Además, introducir hábitos saludables desde edades tempranas no solo mejora su condición física, sino que también les enseña la importancia de cuidar su cuerpo.
