El partido bonaerense de General Rodríguez quedó conmocionado tras el brutal asesinato de Nayla Malena Agüero, una nena de siete años cuyo cuerpo fue hallado envuelto en sábanas dentro de un placard en la casa de un vecino, identificado como Ariel Axel Díaz, de 18 años.
El trágico hecho ocurrió este miércoles en el barrio Pico Rojo, sobre la calle Ambato, entre Acoyte y Aconcagua. Según los reportes, Nayla desapareció alrededor de las 14 horas mientras jugaba en el patio de su casa. Media hora después, su madre, Natalia Herrera, de 32 años, denunció su desaparición al 911.
La policía inició un operativo de búsqueda que incluyó la inspección de la vivienda de Díaz, un joven que residía en la planta baja de la misma casa de dos pisos donde vivía la familia de Nayla. En un primer momento, no se encontraron pistas en el domicilio, por lo que los agentes continuaron recorriendo el barrio sin resultados positivos.
El hallazgo del cuerpo
Ante la falta de avances, los investigadores decidieron regresar al domicilio de Díaz. Vecinos aseguraron que Nayla no había sido vista saliendo de la vivienda, lo que llevó a una segunda inspección más exhaustiva. Allí, en un placard, encontraron el cuerpo de la nena envuelto en sábanas.
Natalia Herrera, la madre de Nayla Malena Agüero, reconstruyó los trágicos momentos en los que perdió de vista a su hija de siete años, encontrada sin vida en la casa de un vecino de 18 años en General Rodríguez. “Mi nena me dice: ‘Ma, voy a bajar para hablar con la nena de acá al lado’. Después escucho mucho silencio y empecé: ‘Male, Male’”, comenzó contando Natalia. La ausencia de respuesta encendió las alarmas, y la madre comenzó a buscarla por toda la casa. Al no encontrarla, salió desesperada a la calle, revisó los alrededores y habló con los vecinos.
“Le golpeé al hijo de puta. Le digo: ‘¿No viste a mi nena que no está?’. Me dijo que no vio nada, que se estaba bañando”, relató Natalia sobre el diálogo que tuvo con Ariel Axel Díaz, el joven acusado del crimen, quien vivía en la planta baja de la misma casa donde residía la familia de Nayla.
“Le dije a la Policía: ‘No hay manera de que se vaya porque están sus ojotas acá’. Entonces, el oficial volvió a consultar sobre el vecino”, continuó. Según su relato, Díaz negó nuevamente cualquier relación con la desaparición de Nayla e intentó impedir que ingresaran a su vivienda. Fue entonces cuando los agentes decidieron entrar por la fuerza. “Se mandó la Policía, yo salí para afuera y el oficial me dijo: ‘Lo siento mucho’. Y estaba ahí adentro mi bebé”, recordó destrozada.
Natalia conocía a Díaz y nunca imaginó que pudiera cometer un acto tan aberrante. “Nunca pensé que la iba a agarrar, la iba a matar y la iba a violar”, dijo, aunque aún no se confirmó si existió abuso sexual. También planteó una posible estrategia que pudo haber usado el acusado para atraer a la niña: “Capaz que la llamó y le dijo que le iba a dar algo para mí y la agarró”.
Sin contener el llanto y rodeada por vecinos, Natalia expresó su reclamo de justicia. “Yo quiero justicia para mi hija, nadie me la va a devolver. Pido que pague porque él va a seguir vivo y a mi hija la tengo que enterrar. ¿Por qué le hizo esto a mi hija?”.
La reacción de los vecinos
Tras conocerse el crimen, los vecinos reaccionaron con furia. Incendiaron la casa de Díaz y agredieron a su madre, quien se encontraba trabajando al momento del asesinato.
Díaz fue detenido inmediatamente y trasladado a una dependencia policial, mientras la fiscal Gabriela Urrutia, titular de la UFI 10 de Moreno-General Rodríguez, tomó intervención en el caso.
