En un clima de profundo dolor y conmoción, cientos de personas se reunieron en Tel Aviv para despedir a Shiri Bibas y sus dos hijos, Ariel y Kfir, víctimas de Hamas. La despedida comenzó en la madrugada con una caravana fúnebre que recorrió distintos puntos de la ciudad, culminando en el kibutz, donde la familia recibió su descanso final en una ceremonia privada.
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Una despedida cargada de emoción y tradiciones
Desde temprano, una multitud acompañó el paso de las dos camionetas negras que transportaban los cuerpos de la familia Bibas. En la Plaza de los Sobrevivientes, se realizó una transmisión en vivo para que quienes no pudieron asistir en persona pudieran seguir la despedida desde sus hogares.
“Realmente dolorosísimo, mucho llanto, muchas caras tristes”, describió Dominique Metzger, quien cubrió el evento en vivo desde Tel Aviv.
Según la tradición judía, los cuerpos fueron embalsamados y envueltos en sudarios, y antes del entierro se realizó el ritual de la tahara, una purificación del cuerpo. Además, los familiares más cercanos llevaron a cabo la keriá, un acto de duelo que consiste en rasgarse la ropa en señal de dolor.
El shiva y el duelo colectivo
Tras el entierro, comenzará el shiva, un periodo de siete días de duelo, en el cual la familia permanecerá en sus hogares recibiendo visitas y muestras de apoyo. Sin embargo, muchas personas sintieron la necesidad de reunirse en la plaza, buscando compartir el dolor con otros.
“No queremos estar solos. Nos sentimos tristes por la gente y por el país”, expresó uno de los presentes.
La despedida estuvo marcada por la presencia de familias, niños y ancianos, todos unidos en el recuerdo y el luto. “Mirá esa mujer cómo llora con un bebé en brazos. Es una imagen que se repite”, comentó Metzger, reflejando la emoción y la desolación del momento.
Un pueblo unido en el dolor
En la plaza, cientos de personas dejaron flores típicas de Israel y pañuelos naranjas, como símbolo de memoria y homenaje.
“Esto es lo que estamos viviendo aquí: no sentirse solos y compartir este momento de tristeza y dolor”, concluyó la periodista.
