Un hombre de 57 años confesó que asesinó a su propia madre en Ramos Mejía, La Matanza. El hecho se dio en un edificio de la calle Alsina 288 y el asesino fue descubierto cuando llamó al 911, diciendo que había llegado de trabajar y encontró a a la mujer de 80 años muerta en el baño.
En un principio, la escena no generó sospechas inmediatas entre los investigadores. Sin embargo, a medida que avanzó la investigación, las inconsistencias comenzaron a surgir. “Empezó a caer en algunas contradicciones”, explicó el periodista Sebastián Domenech en Arriba argentinos y aseguró que las cámaras de seguridad de la zona también jugaron un rol clave: “Lo mostraban a él llegando en un horario que no era el que había declarado”, dijo.
Según se reveló, la relación de madre e hijo no era de las mejores y los vecinos confirmaron que no tenían un buen vínculo, lo que reforzó las dudas de los investigadores.
Un crimen macabro: la confesión real y los detalles de la autopsia
Una vez que la policía a cargo del caso comenzó a indagar, el acusado confirmó que el causante de la muerte de su madre había sido él y aseguró que fue por una pelea. “Él reconoció que habían tenido una discusión y que en un momento la empujó, y que ella cayó, se golpeó la cabeza y después murió”, detalló Domenech.
Pero la versión del hombre quedó completamente desacreditada horas más tarde, cuando se conoció el resultado de la autopsia. “La autopsia confirmó que en realidad la causa de la muerte es la asfixia por estrangulamiento”, reveló el periodista.
El acusado fue inmediatamente detenido y en las próximas horas será indagado por el fiscal Carlos Arribas, a cargo de la causa. El hecho fue caratulado como homicidio agravado por el vínculo, un delito que prevé prisión perpetua.
