Las separaciones entre parejas pueden darse por diversos motivos y muchos aseguran que la infidelidad puede es una de las principales causas. La falta de encuentros íntimos, el dinero y la convivencia también es otro de los motivos más comunes. Sin embargo, en Arriba argentinos analizaron estas variables y las consecuencias que pueden llevar a dos personas a enfrentar terapia de pareja.
El psicólogo Sebastián Girona (M.N 44.140), especialista en parejas, analizó las causas más comunes por las que muchos terminan en terapia. Y, lejos de lo que muchos suponen, no siempre se trata de falta de amor. A veces, los factores que afectan una relación tienen más que ver con la convivencia, los vínculos familiares y la manera en que cada uno fue criado.
El especialista hizo un “top five” de motivos por los que un vínculo se rompe y el puesto número uno es el que sorprendió a todos. El manejo del dinero es uno de los que primero menciona el especialista. Tanto si falta como si sobra, las discusiones económicas son una fuente constante de tensión.

En segundo lugar, se encuentra la educación de los hijos “con todo lo que eso implica”, confirma el experto y asegura que las tareas del hogar también genera fricciones. “Ese es otro gran problema de las parejas en general, con un hombre que muchas veces dice te ayudo con las tareas de la casa”, agregó Girona. En esta lista también se incluye la frecuencia de las relaciones sexuales. “Porque uno quiere más porque otro quiere menos”, dijo.
A pesar de la importancia de estos factores, el psicólogo también asegura que el primer motivo de separación de una pareja es “la relación con la familia de origen”. “Esto es un clásico. Sobre todo a la hora de poner límites, que es algo que suele ser muy difícil y que suele tener que ponerlo el hijo de quien se está metiendo, por decirlo de alguna manera. No lo puede poner su pareja”, aseguró.
Terapia de pareja: ¿para seguir o para separarse?
Según Girona, una terapia de pareja no siempre busca recomponer el vínculo: también puede ser útil para lograr una separación civilizada, especialmente cuando hay hijos de por medio. “Muchas veces sirve cuando las personas no tienen las herramientas para pelearse sin romper absolutamente todo”, explicó.
El psicólogo también destacó que, en muchos casos, ya en las primeras sesiones se puede prever el pronóstico de una pareja. Si el nivel de conflictividad es muy alto desde el inicio, el camino suele estar cuesta arriba. Por eso, recomendó no esperar al borde de la ruptura para pedir ayuda profesional.