Fernando Gago dejó de ser el Director Técnico de Boca Juniors. Según informó Pablo Gravellone en Arriba Argentinos, la decisión fue tomada de manera unilateral por el Consejo de Fútbol liderado por Juan Román Riquelme, luego de la derrota en el Superclásico frente a River.
La noticia se conoció en las primeras horas del martes y generó una revolución en el mundo futbolístico. Gago se despidió esta mañana del plantel en el predio de Ezeiza, sin llegar siquiera a dirigir el entrenamiento previsto. Aunque hubo una breve reunión, “la decisión estaba tomada previamente, ni siquiera llegó a defenderse”, aseguró Gravellone.
La crónica de un “despido” anunciado
"Atención con esto: lo echaron, no es que se fue“, remarcó en vivo.”Ya le anunció a los jugadores que deja de ser el técnico de Boca“, agregaron desde la mesa de Arriba Argentino.
Desde el Consejo de Fútbol la evaluación fue tajante: más allá del resultado, fueron las formas las que terminaron de sellar la salida. "Ir a defenderse a la cancha de River le costó muy caro“, explicaron. ”Si vas empatando uno a uno en el Monumental no podés colgar cinco defensores“, resumieron.
Además, el antecedente reciente de la eliminación en el repechaje de la Copa Libertadores contra Alianza Lima había dejado a Gago sin margen de error. "No tenía margen. Cualquier derrota importante podía detonar su salida“, sostuvo el periodista deportivo.
”Perder puede pasar, son uno de los tres resultados posibles, pero las formas son lo que condenó a Gago“, agregó.
La sensación entre los hinchas también fue clave: el Superclásico era un partido donde Boca debía dejar una imagen de grandeza, y eso no ocurrió. "El partido en el que el hincha de Boca quiere sentirse representado, y evidentemente el Consejo de Fútbol dijo ‘no va más’“, describió Valeria Sampedro.
En cuanto al sentimiento del clásico rival, el panel ironizó: "Para el hincha de River, ahora el Superclásico tiene otro gustito, porque además de ganar, se cargaron a un técnico", dijeron entre risas.
Finalmente, desde el Consejo consideran que era indispensable un golpe de efecto y no una postura defensiva en el partido más esperado. "Esperaban que Boca intentara un golpe en el Monumental, o al menos que saliera a jugar de frente“, resumieron.