El Día de la Madre en Turquía dejó mucho más que saludos y buenos deseos. Desató una auténtica novela mediática que tiene como protagonistas a Wanda Nara, la China Suárez y, en un rol inesperado, al club Galatasaray. La historia, contada al detalle por May Martorelli en Arriba Argentinos, ya fue bautizada en redes como el “Flores Gate”.
Todo comenzó cuando el club donde juega Mauro Icardi envió un elegante ramo de flores a la actriz China Suárez, actual pareja del futbolista. Acompañadas por una carta con palabras afectuosas, las flores decían: “Es muy difícil poner en palabras la alegría que sentimos por tenerla como parte de nuestra familia. Le enviamos estas flores para decirle que es una de las madres más maravillosas del mundo”.
La China, emocionada, no dudó en compartir el gesto en redes sociales con una postal sonriente junto al arreglo floral y un mensaje: “Deseando volver”. Pero la respuesta no tardó en llegar… desde la otra punta del ring.
Wanda contraataca: rosas blancas, ortografía dudosa y una carta sin fecha
Al ver el gesto hacia su eterna rival mediática, Wanda Nara reaccionó con una publicación propia: mostró un ramo de rosas blancas —“mis favoritas”, escribió— junto a una caja de Louis Vuitton y una manta con leones. Pero lo más llamativo fue la carta adjunta, que decía: “Feliz día, nuestra Leona. Sabemos el esfuerzo que has hecho por este club”.
El detalle no pasó desapercibido: según observó Martorelli, el texto no tenía fecha, contenía varios errores ortográficos y, por el tono, todo indicaría que Wanda misma se escribió la carta para sí. Como si eso no alcanzara, desde el Galatasaray salieron a desmentir públicamente el envío de flores a la empresaria. Incluso habrían aclarado en privado a Icardi que jamás lo habrían hecho sin consultarlo antes.
Teorías, celos y contenido infinito
El gesto del club hacia la China fue calificado como “excesivo” por algunos, considerando que es solo la actual pareja de Icardi y madre de hijos que no son del futbolista. Otros especulan que podría haber un trasfondo más profundo: ¿está embarazada y el club lo sabe? ¿O es simplemente una estrategia para instalar su figura como parte de la “familia Galatasaray”?
Mientras tanto, Wanda parecería seguir obsesionada con marcar territorio. “Quizás lo que quiere mostrarle a la China es que ella ya vivió todo esto: las flores, las cartas, los gestos del club…”, reflexionó Martorelli.
La historia tiene todos los condimentos de una serie de amor, traición y venganza. “La China y Wanda no se quedan atrás de ninguna novela turca”, resumió con ironía Martorelli.