En la era de la inmediatez, donde las respuestas están a solo un clic de distancia, la Inteligencia Artificial (IA) se mete también en los espacios más íntimos de las personas. Y uno de ellos es la salud mental. ¿Puede una app o un chatbot sustituir el rol de un psicólogo? Esto es lo que quisieron saber en Arriba Argentinos en donde hicieron un ejercicio tan revelador como desopilante.
En una entrevista con el psicólogo Alejandro Schujman, los periodistas Valeria Sampedro y Nacho Otero propusieron comparar las respuestas de un profesional con las de un sistema de IA, concretamente ChatGPT, ante una consulta típica que da inicio a muchas terapias: “Estoy muy angustiado en la relación con mi pareja, no sé de qué manera acercarme a ella”.
“Lamento que estés pasando por un momento difícil. Sentirse desconectado de tu pareja puede ser doloroso y confuso. Para ayudarte mejor, ¿podrías contarme un poco más?”, fue la respuesta de la Inteligencia Artificial. Luego, ofreció una serie de preguntas estándar: ¿Desde cuándo sentís esa desconexión? ¿Han cambiado cosas en la relación últimamente?
La primera reacción fue de asombro por lo bien formulada que estaba la respuesta. Sin embargo, Schujman advirtió rápidamente: “Esto se lo podés decir a millones de personas. Es un lugar común. No es una respuesta pensada para esa persona, en ese momento, con esa historia”.
Durante la charla, el especialista destacó la diferencia fundamental que separa a un terapeuta humano de una inteligencia artificial: el vínculo. “A veces la palabra dice una cosa, pero la mirada o el cuerpo dicen otra”.
Y agregó: “Esto es como la gente que juega a ser videntes…esto se lo puede decir a ciento de miles de personas. La inteligencia puede jugar a ser empática, pero no lo puede ser nunca”.
¿Por qué buscamos respuestas de la Inteligencia Artificial
Schujman fue más allá del debate sobre la tecnología: apuntó al contexto cultural en el que surgen estos atajos emocionales. “Vivimos en una cultura de la inmediatez. Si algo me duele, lo googleo…guarda con esto, porque hay cosas que las máquinas no van a poder reemplazar”, aclaró.
En ese sentido, remarcó que no hay aplicaciones ni inteligencias artificiales que puedan sustituir procesos terapéuticos que requieren tiempo, vínculo y humanidad. “Tener una vida sana incluye el espacio terapéutico, pero también el movimiento y la espiritualidad. Es cuerpo y mente. Todo aquello con lo que nutrimos nuestra vida es sinónimo de salud”.
