La noticia volvió a sorprender a la zona norte del Conurbano bonaerense: una nueva ballena apareció encallada y sin vida en el Río de la Plata, a pocos días de que se registrara un episodio similar. En diálogo con Arriba Argentinos, el biólogo marino Miguel Íñiguez brindó detalles del caso y explicó qué podría estar ocurriendo con estos animales que llegan a nuestras costas en condiciones críticas.
“Es bastante raro tener dos ballenas varadas en tan poco tiempo”, señaló el especialista, y agregó que ambos ejemplares eran juveniles, de entre 6 y 7 metros de largo, aunque el primero hallado era un poco más grande.
Según Íñiguez, las posibles causas son dos: fuertes temporales mar adentro que los habrían desviado hacia el río, o bien, que los animales estuvieran enfermos y desorientados, lo cual les habría impedido continuar su migración natural.

Una especie que estuvo al borde de la extinción
El experto detalló que a simple vista se trataría nuevamente de una ballena sei, una de las tres especies más grandes del mundo, que puede alcanzar los 20 metros de largo. En Argentina, esta especie fue común hasta 1930, cuando fue cazada masivamente en la Patagonia, las Islas Malvinas y zonas subantárticas, lo que la llevó casi a la extinción.
“Por suerte, la moratoria internacional permitió que empezaran a recuperarse”, explicó Íñiguez. Desde 2003, se viene registrando un incremento de su presencia en zonas como el Golfo San Jorge.
El cambio climático también influye
La crisis climática es otro factor clave en este tipo de sucesos. El biólogo subrayó que el aumento de la temperatura del agua y los cambios en la disponibilidad de alimento podrían estar afectando a estas ballenas.
“Estos animales se alimentan en aguas subantárticas y están en plena migración hacia Brasil, donde se reproducen. Si encuentran temporales o cambios en su dieta, pueden desviarse y terminar en zonas que no les son favorables, como el Río de la Plata”, detalló.

El operativo de remoción y el peligro para la salud pública
Frente a este nuevo hallazgo, se montará un operativo de extracción en conjunto con Prefectura Naval Argentina y el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. La idea es alejar al animal de la costa para evitar el contacto con personas y mascotas, ya que su descomposición puede implicar riesgos sanitarios.
“No puede estar en una zona donde haya acceso al público, especialmente a los animales domésticos”, concluyó el especialista.