Nepal volvió a tener la atención mundial cuando se conoció a la nueva Kumari, la diosa viviente que tiene apenas dos años. La pequeña se llama Ariyatara Shakya y, desde ahora, será considerada como una verdadera deidad que es adorada por budistas e hindúes.
La pequeña comenzará a ser adorada y venerada por miles de fieles. Para ser seleccionada como Kumari, las familias compiten y deben cumplir con requisitos muy específicos: las niñas deben tener entre 2 y 4 años, poseer buena piel, cabello y ojos, dientes impecables y no mostrar miedo a la oscuridad.
“Una vez que ya es seleccionada, esta diosa viviente es vestida de rojo, tiene el tercer ojo pintado en la frente. Es una especie de anunciación y celebración”, detalló May Martorelli en Arriba argentinos.

Sin embargo, detrás de esta veneración se esconde una realidad que genera debate. “Es el fin de la vida normal de esta chiquita. Por ejemplo, la ex Kumari tiene 11 años ya, y una vez que llegan a la pubertad pasan a ser seres mortales", sumó la periodista.

“Viven encerradas en sus casas, porque son deidades que se la pasan bendiciendo cosas, yendo a actos, la gente se acerca, las besa, las venera, pero ellas no pueden compartir, por ejemplo, en escuelas comunes con otros niños”, sostuvo Martorelli.
La maldición de las Kumari en Nepal
La tradición también incluye creencias que afectan la vida futura de estas niñas. Según el folclore, los hombres que se casan con ex Kumaris mueren jóvenes, lo que las convierte en mujeres poco deseadas al llegar a la adultez.
“Ningún hombre las quiere. La única bendición es para la familia, que tiene un mejor pasar económico”, agregó Martorelli.

Con el paso de los años, el Estado nepalí comenzó a otorgar una ayuda a las ex diosas vivientes para que puedan reincorporarse a la sociedad. “Una nueva normativa del gobierno es que les dan una especie de plan social, porque les cuesta mucho realmente volver a la vida social normal. No estudian tampoco. Tienen homeschool, las educan en casa”, explicó.
“Es una cultura y una tradición de muchísimo tiempo, milenaria, que a nosotros nos resulta sumamente extraña, pero a ellos no”, agregaron en el piso.