Durante la mañana del lunes, millones de usuarios alrededor del mundo se encontraron con un mismo problema: los sistemas de pago y las aplicaciones bancarias dejaron de funcionar.
Desde billeteras virtuales hasta accesos a edificios inteligentes, nada respondía. La causa fue una caída global de Amazon Web Services (AWS), el servicio de infraestructura digital más grande del planeta.
En diálogo con Arriba Argentinos, el especialista en ciberseguridad Julio López aclaró una de las principales dudas de los usuarios: no hubo un ataque hacker ni riesgo para el dinero de los usuarios.
“No hay un problema de ciberseguridad. Todos los activos dentro de los bancos están asegurados. No es que te hackearon todo y se llevaron tu dinero”, señaló.

Según explicó, el problema fue de indisponibilidad en la infraestructura donde residen las aplicaciones de los bancos y billeteras virtuales. “Tu aplicación de banco o billetera vive en los servidores de estas empresas. Si esos servidores caen, se interrumpe todo, aunque tus fondos sigan a salvo”, detalló.
Durante la charla, Nacho Otero reflexionó sobre la dependencia tecnológica que dejó expuesta la falla: “Digitalizamos todo, pero pusimos todos los huevos en la misma canasta. Tenemos todo en el celular y si no funciona, no tenemos nada”.
López coincidió y advirtió que la concentración de servicios críticos en manos de pocas compañías puede generar vulnerabilidades globales: “Internet nació para que la comunicación no se caiga ni en un escenario de guerra. Pero hoy, por costos y monopolización, muchas empresas alojan todo en los mismos centros de datos. Si uno falla, el impacto es enorme”.
Los bancos y el desafío de la redundancia
El especialista también recordó que los bancos están obligados por resolución a disponer de centros alternativos de procesamiento para garantizar la continuidad de sus servicios, aunque reconoció que no todos lo hacen de forma efectiva.
“Las empresas que ofrecen servicios críticos —como agua, luz, dinero o conectividad— tienen que tener infraestructuras que sigan funcionando ante fallas masivas. Estos eventos van a seguir ocurriendo, quizás menos seguido, pero con más impacto”, subrayó.

Un llamado de atención global
La caída de AWS dejó al descubierto la fragilidad de la economía digital actual y la necesidad urgente de diversificar la infraestructura tecnológica. Como concluyó López: “Las empresas y los reguladores deben ser conscientes de que los servicios críticos no pueden depender de un solo punto de falla. Porque cuando cae uno, puede caer todo”.