Desde hoy, Australia comenzó a aplicar una regulación inédita y polémica: los menores de 16 años no podrán usar redes sociales ni acceder a determinadas aplicaciones online. La decisión, que alcanza a Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat, Reddit, Threads, X, YouTube y Twitch, busca proteger la integridad de los menores en el entorno digital y podría cambiar el panorama global del uso de internet en adolescentes.
“No van a poder utilizar los niños de 16 años redes sociales ni tener acceso a distintas aplicaciones en internet”, explicaron en Arriba Argentinos, donde destacaron que las empresas que no cumplan enfrentarán multas de hasta 50 millones de dólares. “¿50 millones de dólares? Sí, sí, sí… 33 millones de dólares australianos”, remarcaron sobre el impacto económico que estas sanciones pueden generar en las plataformas.
El control de la edad de los usuarios será una pieza clave en el sistema. “Hoy la prohibición está en 13 y los pibes están igual”, señaló Valeria Sampedro, aludiendo a la facilidad con que los chicos falsean la fecha de nacimiento para abrir cuentas. “Hay que ver cómo se hacen esos controles para que realmente sea efectivo”, agregó.

¿Controles reales y uniformes?
En la mesa de Arriba Argentinos advirtieron que las compañías podrían estar obligadas a pedir documento de identidad, pasaporte o incluso datos biométricos para asegurarse de que los usuarios superen el límite de edad. “Quizás empiecen a pedir algún documento con foto. Si no, es imposible”, planteó May Martorelli, quien también mencionó “el dato biométrico”, como el que ya se utiliza en las aplicaciones bancarias.
El Comisionado Australiano de Seguridad Electrónica (eSafety) será el encargado de fiscalizar la medida. “A partir de mañana va a empezar a mandar a todas estas plataformas un pedido: a ver cuántos usuarios bajaste”, detallaron desde el estudio, anticipando que en los próximos seis meses habrá controles exhaustivos para verificar el proceso.

Los especialistas remarcaron que se trata de un primer paso, aunque reconocieron que la efectividad no está garantizada. “Cuando se lo restringe un padre, el de al lado puede no tenerlo restringido”, reflexionó Sampedro. Aun así, Martorelli destacó el aspecto positivo: “Es un buen comienzo, un puntapié para que después se vaya regulando y se proteja la integridad de los menores”.



