Aunque la idea de formar una familia era parte de un proyecto en común, luego de varios tratamientos para lograr un embarazo, en 2010, Andrea Pietra y Daniel Grinbak decidieron adoptar una beba en Haití.
Hasta ahora, Pietra no había dado muchos detalles de la historia de su hija, no por pudor, sin por respeto a la pequeña, a su historia, a su intimidad. Sin embargo, esta noche en el programa David & Goliat (TN), ciclo conducido por María Laura Santillán, la actriz contó su experiencia y presentó a su hija por primera vez.
Emocionada hasta las lágrimas, Pietra habló de Stephanie, su hija que ya tiene seis años: “Agradezco no haberme embarazado, ella es lo más hijo mío que puede existir. Tenemos el mandato de que por ser mujeres tenemos que poder parir ¡cómo si fuera fácil!, hay sólo un 10% de probabilidades por mes de quedar embarazada. Ser madre no tiene que ver con parir un hijo, sino con el oficio divino de ejercer un rol, con todo el amor que hay en tu corazón. Siempre digo que desde que llegó Stephanie yo me siento cada vez más feliz. Antes yo hice todo tipo de tratamientos y cuando llega la fecha y ves que te vino el período es desgarrador”.
“¿Por qué perderse la tarea de ser madres cuando hay tantos niños que no tienen una. Yo quería ser mamá, no sé si quería tener una panza, quería el bebé, al hijo”, Andrea Pietra
Además, la actriz contó por qué decidió llevar adelante la adopción en Haití: “Un día, un amigo me habló de alguien que había adoptado allá, me pasó los datos y dejé el tema en el freezer por un año, hasta le pasé los datos a una amiga que adoptó antes que yo. Un día llamé y arranqué el trámite, se hace todo por cancillería. En ese momento era más fácil porque Haití había sufrido el terremoto y estaba devastado, había más de 900 orfanatos. Yo presenté una carpeta y enseguida me dijeron a quién me iban a dar, no me importaba que fuera nena o nene, sí quería que fuera lo más chico posible para criarlo”, relató Pietra.
Luego ya reveló la historia de Stephanie: “Estaba en un orfanato desde los 20 días. Cuando se iniciaron los trámites yo no podía viajar porque estaba trabajando, así que Daniel iba y venía todo el tiempo. Allá dormía en el piso, sin comer y sin bañarse, pero desde que la vio no la pudo dejar. Ella vino al país cuando tenía seis meses, tenía mucha necesidad de amor. Ella se llama Stephanie, pero quiere que la llamemos Any”. Este punto la emocionó especialmente a Pietra, ya que su madre se llamaba Ana.
Stephanie conoce perfectamente su historia: “Le expliqué que yo no pude tener un bebé en mi panza y que ella nació de la panza de otra mujer, que la dejó en otro lugar para que la cuidaran hasta que nosotros la fuéramos a buscar. Una panza dura nueve meses, nuestra vida juntas va a durar muchos años… Yo le hice una carpeta con toda su historia. La idea es que esté conectada con su cultura, que mantenga su identidad”.
