Angustiado por su situación, a la cual se suma su batalla contra la obesidad, el Vikingo abrió su corazón y contó en Cuestión de peso por qué no está atravesando un buen momento. “Últimamente estoy absorbiendo muchas cosas y se va sumando todo. Cosas del pasado, cosas del presente”, empezó diciendo.
“No sé cómo manejarlas. No me encuentro, no sé quién soy en realidad”, declaró el Vikingo que sumó: “Es mentira que uno olvida el pasado. Son cosas que a uno lo marcan, que te marcan a fuego y son marcas que nunca se borran”.
“Siempre me dijeron, tenés que soltar, tenés que perdonar, tenés que dejar ir y eso es mentira. Nunca soltás, nunca perdonás, nunca dejas ir nada. Porque me robaron la vida. Por eso no sé quién soy”, agregó el participante, roto en llanto.

La desgarradora historia de vida del Vikingo
“Tengo 49 años y debería tener mi familia, mis hijos, mi trabajo estable, mi casa y no tengo nada. Todo eso me lo robaron. Y no sé quién soy. No puedo avanzar. No quiero ni pensar en el pasado pero pienso todo el tiempo", confesó el Vikingo quien no pudo ocultar más su angustia en Cuestión de peso.

Por otro lado, contó por qué empezó a comer mucho cuando era aún pequeño. “Soy grandote porque no quiero que me lastimen. Yo sé que, cuanto más intimidante soy, no me pueden hacer daño. Pero cuanto más grande soy, más hecho mierda estoy. Y es una batalla entre estar gordo y estar flaco”, explicó.
Finalmente, frente a Mario Massaccesi, el Vikingo contó: “Sufrí dos abusos infantiles que nunca perdoné. Nunca los voy a perdonar, calculo. Ya había tocado este tema pero fue hace mucho tiempo y vuelven, todo el tiempo vuelven los fantasmas", admitió el participante de Cuestión de peso.

Según contó, los abusos ocurrieron cuando él tenía entre 10 y 11 años. “Lo traté un tiempo en terapia, no lo pude tratar más. Es repetitivo, porque no es solamente hoy. Siempre hay un desencadenante siempre”, reveló.
“Yo empecé a ser así partir después de ese momento. Después de ese momento salió esto esto que soy ahora. Vivía peleándome en el colegio. Yo pensaba que me podía sacar eso con los demás, con violencia y pegaba y me peleaba”, admitió.

Sin embargo, también confesó que en ese momento no recibió la contención que necesitaba y que le hubiera gustado poder hablar con su padre, quien lo abandonó cuando era un bebé de 9 meses. “Nunca tuve esa parte paterna. Siempre me faltó eso. Mi mamá cargó las dos partes y era demasiado carga ya para cargarle un problema más”, aseguró.