En una reciente emisión de Cuestión de Peso, el equipo médico liderado por el doctor Alberto Cormillot abordó un tema que afecta a millones de personas en todo el mundo: la infección por Helicobacter pylori, una bacteria que ha cambiado por completo la forma en que se entiende la gastritis y las úlceras gástricas.
“Durante décadas se pensó que la gastritis era un problema psicosomático, el estado nervioso o comer picantes era lo que te lo producía. Pero en los años 90 se descubrió que en realidad podía haber una bacteria detrás de todo esto”, explicó Cormillot. Se refería al hallazgo de los médicos Barry Marshall y Robin Warren, quienes identificaron al H. pylori y demostraron su capacidad para sobrevivir en el ambiente altamente ácido del estómago. Marshall incluso llegó a ingerir la bacteria para probar su teoría.
El bicho de la gastritis que muchos tienen sin saberlo
Según el especialista, una gran parte de la población mundial convive con esta bacteria sin presentar síntomas. Sin embargo, en algunos casos, el Helicobacter pylori se convierte en el causante de molestias gastrointestinales persistentes y, a largo plazo, puede desencadenar enfermedades más graves.
La doctora que acompañó a Cormillot en el programa explicó que esta bacteria se adhiere a la mucosa del estómago, generando una mayor inflamación y provocando un aumento en la secreción de ácido gástrico. Los síntomas más frecuentes son la acidez, sensación de ardor en el medio del estómago, reflujo, dispepsia (sensación de hinchazón sin dolor), y hasta anemia.
El diagnóstico se realiza a través de una endoscopía digestiva alta, que permite tomar una biopsia de la mucosa gástrica. Esta muestra se analiza en el microscopio para confirmar la presencia del H. pylori. “Muchas personas que tienen gastritis tienen también la bacteria”, indicó la profesional del equipo médico, quien remarcó la importancia de confirmar su presencia para decidir si es necesario un tratamiento.
¿Cómo se trata este problema gástrico?
Si el paciente presenta síntomas molestos o complicaciones, el tratamiento indicado es una combinación de antibióticos para erradicar la bacteria, acompañados de inhibidores de la secreción ácida (como omeprazol, lanzoprazol o esomeprazol) y una crema de bismuto, que recubre la mucosa del estómago para protegerla y reducir la acidez.
“En muchos casos no se necesita el tratamiento, porque si los síntomas desaparecen en 8 o 10 días, se puede suspender. Pero si persisten, hay que tratarlo”, aclararon.
