Hoy, Soledad Pastorutti, la Sole para todo el mundo, es una artista consagrada, ganadora de un Latin Grammy 2024 con su álbum colaborativo “Raíz, nunca me fui”. Sin embargo, hubo un inicio de todo, ese que siempre es difícil y muy cuesta arriba, y en el que, por supuesto, muchos quedan en el camino. Precisamente, de estos sacrificios, habló la cantante en una entrevista íntima en La Divina Noche de Dante.
Y como no podía ser de otra manera, tampoco fue sencillo para ella: “Durante los primeros 10 años de mi carrera fue todo trabajar y trabajar, me sentía inmersa en una especie de huracán”, arrancó la charla de la cantante con Dante Gebel.
No obstante, ese trabajo empezó a dar sus frutos, cuando las empresas más importantes del showbusiness comenzaron a poner sus ojos en ella: “Mi primer disco lo grabo con Sony Music, y lo más cómico es que lo hago desde un baño”, aseguró, en La Divina Noche de Dante, entre risas la Sole.
“Al lado del inodoro estaba el micrófono; no era un estudio profesional, era un departamento, e hice todo el disco en ocho horas”, agregó ante la mirada incrédula de Gebel.
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Papá, siempre papá
Por supuesto, la historia no queda acá, y Soledad así la continuó en La Divina Noche de Dante: “Ese disco que grabamos en el baño es ‘Poncho al Viento’. Mi papá había leído en el contrato que para que no se rescinda, sí o sí había que vender 5 mil copias. Caso contrario, se caía el acuerdo”.
“Entonces, las primeras 5.000 copias, ¿quién las compró? Mi viejo. Se fue con un Fiat Uno y el primer viaje fue a Buenos Aires, con plata prestada de amigos y compró una primera tanda. ¿Qué hacía? Se venía a Santa Fe por la autopista e iba parando en las estaciones de servicio y los dejaba a veces en concesión”, sumó a la historia la Sole.
Pero el plan de Omar Pastorutti seguía y estaba dispuesto a mover cielo y tierra para lograr el sueño de su hija: “Después iba a una disquería Rosario y llamaba a los empleados para hacer el siguiente trato: Les daba un poster para que lo peguen en la vidriera y a cambio les regalaba cualquier cosa. Así, el tipo, en dos viajes compró los 5 mil discos y los vendió en el interior, que era donde nosotros hacíamos los recitales”.
El problema, claro, es que esta maniobra llegó a los oídos de los popes de la disquera, quienes lo llamaron para hablar sobre el tema: “Cuando va mi papá a la reunión les dice que ellos no hacen publicidad ni marketing y que yo era muy conocida en el interior del país”, concluyó Soledad, descostillándose de risa junto a Gebel.
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