En una reciente emisión de La noche perfecta, Cecilia Dopazo compartió una divertida y peculiar anécdota de su paso por la icónica mesa de Mirtha Legrand, que sorprendió tanto al público como a la propia actriz.
Durante la charla con Sebastián Wainraich, Dopazo reveló que en medio de la grabación decidió quitarse los zapatos mientras estaba sentada en la mesa junto a otras figuras, como el reconocido actor Imanol Arias. Según la actriz, fue un acto de comodidad, pero también un pequeño gesto de rebeldía.
“Esa situación (de estar grabando en un programa como el de Mirtha Legrand) a veces te pone medio durita, como muy careta, y pensé: ‘¿Sabés qué? ¡Chao!’”, contó entre risas Cecilia.
Lo curioso es que, en el momento, ni la diva ni el resto de los invitados se percataron de este detalle. “Creo que ella nunca se enteró. Todo fue muy discreto”, aseguró Dopazo sobre este acto. Sin embargo, la cámara captó el momento y, para su sorpresa, al finalizar la grabación y subirse al auto que la llevó de regreso a su casa, comenzó a recibir mensajes que le avisaban que era trending topic en Twitter.
Cecilia Dopazo y el acto de rebeldía que se volvió viral
La repercusión en redes sociales por verla descalza en la mesa más famosa de la televisión fue inmediata. Usuarios debatieron y comentaron sobre el gesto de Cecilia Dopazo, que terminó convirtiéndose en un inesperado momento icónico de la televisión argentina. “Nunca imaginé que los pies y los zapatos iban a ser protagonistas”, bromeó la actriz, que no pensó que ese detalle quedaría en cuadro como para que las cámaras la captaran in fraganti.
La anécdota resalta la naturalidad de la actriz frente a situaciones formales y su capacidad para tomarse con humor lo que podría haber sido un “desliz” en un entorno tan estructurado como el programa de Mirtha. ¿Y vos? ¿Te hubieras animado a sacarte los zapatos en la mesa más famosa del país?
La confesión de Cecilia Dopazo sobre su imagen
Tiempo atrás, Cecilia Dopazo se sinceró como nunca sobre su imagen al tomar la decisión de dejar de teñir su cabello y dejarlo canoso. “Siempre tuve canas, desde muy joven y encima era algo a ocultar. Era una carrera que no se terminaba nunca, cada ocho días tenía que retocarlo, y teñirme. Mucho tiempo, mucha plata y mucha energía... Y cuando llegó la pandemia, no había peluquería, no podía salir, fue la justificación perfecta, después me empecé a acostumbrar a verme con canas”, contó durante el ciclo radial Agarrate Catalina.
“Es una de las mejores cosas que me pasó, porque somos muy esclavas de la cultura. Obviamente, cuando empecé a dejarme las canas porque tuve el miedo de que no trabajo nunca más, porque estamos atravesados por una cultura en que las canas son sinónimo de vejez y yo dije listo, no trabajo nunca más, porque estamos muy condicionadas y obligadas las mujeres a evitar el paso del tiempo”, sostuvo al ser entrevistada por La Once Diez/Radio de la Ciudad.
“A mi representante le dije que iba a probar, que si preguntaban algo es que tengo una peluca muy buena, y la verdad que fue lo contrario a lo que pensé, nunca tuve tanto trabajo en simultáneo”, cerró.
