Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer los números actualizados de la canasta básica que delimita la línea de pobreza y de indigencia en el país. Los datos revelan una situación económica crítica para muchas familias argentinas.
Desde Mañanísima, Carmen Barbieri y su equipo hablaron de los porcentajes alarmantes que arrojó el Indec que señaló que en mayo, la Canasta Básica Total (CBT), que define el umbral de pobreza, registró un incremento del 2,8%. Este aumento significa que una familia necesitó $851.351 para no caer por debajo de la línea de pobreza.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que determina la línea de indigencia, aumentó un 3,7% en mayo. Para evitar caer en la indigencia, una familia tipo necesitó ingresos superiores a $386.978. La variación interanual de la CBA también alcanzó un preocupante 290,7%.
“La Canasta Básica no es vivir. Siempre fue un concepto en donde no se incluye alquiler ni el colegio de los chicos. Incluye transporte y lo que uno usa para vivir”, aclararon desde el programa.
La inflación y su impacto en la economía familiar
Pese a estas cifras alarmantes, el presidente Javier Milei y su equipo celebraron la reciente publicación del Indec que muestra una inflación de mayo del 4,2%, estadísticamente el índice mensual más bajo en los últimos dos años. Sin embargo, esta desaceleración inflacionaria está vinculada a un contexto recesivo severo, caracterizado por una caída en la producción, el consumo y el empleo.
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas cayeron un 7,3% en mayo, acumulando una caída del 16,2% en lo que va del año. El ajuste económico implementado por el gobierno ha resultado en una contracción significativa del consumo, similar a la crisis de 2001-2002. Además, datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran la pérdida de 126 mil puestos de trabajo registrado durante los primeros meses del gobierno de Milei.
