Lázaro Rivarola es un nene de 13 años que vive en Córdoba y que, tras ser atacado en una plaza por una patota, en el hospital adonde fue trasladado de urgencia le diagnosticaron daño cerebral irreversible. Pero como si se tratara de un milagro, el joven abrió los ojos y los médicos no pueden creer la mejoría que tuvo. En diálogo con Mediodía noticias, sus padres, Mariela y Fabián, dieron más detalles.
“Lázaro cambió el pronóstico de todo, cambió su suerte y cambió todo lo que se podía decir. Porque Mariela, estuvimos hablando con vos, con tu familia y el pronóstico no era bueno, lamentablemente. Pero algo en ese corazoncito, seguramente como mamá, decía que Lázaro iba a salir y finalmente está, no de alta, pero ya pasó a una sala común. ¿Cómo estás?”, le preguntó la cronista del noticiero.
“Sí, ya pasó a sala común y, como vos decías, dio vuelta todo el pronóstico de todo lo que los médicos nos decían. Así que ahí está, queriendo irse a casa, comer y ya siendo lo que es él”, le contestó, y luego habló del diagnóstico inicial: “Él tenía un cuadro gravísimo, con un traumatismo severo irreversible. El día de hoy hasta los médicos se sorprenden porque se habla en todo el hospital del avance que ha dado en tan poco tiempo, los pasos tan gigantes que da para poder salir de acá”.
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Lo primero que dijo Lázaro cuando abrió los ojos
Y luego, la cronista le preguntó a Fabián: “Cuando abrió los ojos, porque eso era lo que vos pedías, que él abriera sus ojos, que pudiera ver, que pudiera hablar, que pudiera mirar, finalmente pasó. ¿Qué te dijo?”.
“Lo primero que preguntó fue por el amiguito, porque él recordaba que había estado en el último momento con su amigo. Y luego empezó a preguntar qué hacía acá, qué le había pasado, todas las situaciones. Pero bien, después de eso empezó toda una recuperación muy rápida que nos sorprendió muchísimo, un milagro”, dijo Fabián.
