Ignacio González Prieto se quebró hasta las lágrimas en Mediodía Noticias al ver a la hija de Luis Otero, Mariana Otero, trabajando como bombera y combatiendo un incendio de grandes proporciones en Avellaneda, junto con sus compañeros del cuartel de Bomberos Voluntarios de Lanús.
“Ya está controlado, estamos haciendo las tareas de enfriamiento”, explicó uno de los jefes de bomberos, y agregó que no había nadie en el interior de la fábrica incendiada.
“Y mirá quién se ve ahí. ¡Ah, mirá quién apareció!”, dijo Sandra Borghi al ver en la pantalla a Mariana, junto al resto de los bomberos. “Esta es la hija del Doctor Otero, lo digo con orgullo, porque justamente estábamos hablando de eso con Luis. ¿Escuchaste la sirena? ¿Dijiste ‘ahí va Mariana’?”, le preguntó.
“Escuché la sirena y me despertaron las sirenas. ‘Ahí va Mari, dije yo, y ahí estaba, combatiendo durante toda la madrugada, las llamas esas enormes”, contestó Luis.
“Mientras veíamos la nota, le digo ‘¿no te da miedo cuando sabés que va para allá?’”, le consultó Sandra.
“Terminó de hacer este trabajo y se fue a trabajar a la óptica ahí, a una cuadra donde trabaja. Se bañó y se fue. Ella y todos sus compañeros que son, y que los conozco, y que son gente excepcional, y que dan todo por la gente de Avellaneda a las 3 de la mañana sin nada a cambio porque son bomberos voluntarios”, respondió.
La emoción de Ignacio González Prieto
“A mí me hace llorar. Nosotros en mi casa lo vivimos 33 años. Porque es un laburo silencioso, además, que no se ve. Es el laburo de los que le ponen el cuerpo”, se quebró González Prieto, recordando los tiempos en que su papá salía ante cualquier emergencia por ser él también bombero voluntario.
“La emoción de Nacho es la emoción de un hijo, que cada vez que pasaba algo, te quedás con el corazón en la boca y no dormís más, Nacho”, lo consoló Sandra.
“No, cuando suena la sirena, olvídate. Y hasta que no vuelven, no sabés lo que es, terrible”, confesó Ignacio.
