El horror se instaló en la localidad bonaerense de Pilar con el hallazgo de huesos calcinados que, todo indica, pertenecen a Claudia Sack, una mujer de 65 años desaparecida desde hace dos semanas. El principal sospechoso del femicidio es su pareja, Franco Rubén Giménez, de 30 años, quien fue detenido en la terminal de Retiro cuando, según creen los investigadores, intentaba huir.
Pero fue el estremecedor testimonio de Martina, una sobrina de Claudia el que permitió que se activara la investigación y se descubriera el macabro crimen. La mujer, visiblemente conmocionada, relató lo vivido en Mediodía Noticias. “Le digo a él, ‘¿está sonando mi número ahí?’ Y me dice, ‘no, ese es mi teléfono, me está llamando mi papá’. Le dije, ‘¿crees que soy estúpida? Yo estoy viendo que es mi número’. Y ahí salí rápido porque me dio mucho miedo. Yo dije, ¿me va a matar este? Porque lo acabo de descubrir en un segundo y así de fácil”, dijo la joven, conmocionada.
En medio de una tensa discusión, la sobrina increpó a Giménez: “Salí rápido y le empecé a decir, ‘¿qué hacías vos, un pendejo con una vieja? ¿Creés que soy estúpida? ¿Dónde está mi tía? ¿Dónde está mi tía?’ Y él titubeaba”, recordó la mujer.
El hallazgo que confirmaría lo peor para la familia de la mujer desaparecida en Pilar
Tras la llegada del móvil policial, los agentes comenzaron a revisar el lugar. Lo que encontraron en una bolsa de basura fue impactante: huesos calcinados, restos humanos presuntamente pertenecientes a Claudia, incluyendo vértebras unidas a costillas. Otro dato estremecedor fue que también se halló su carnet de PAMI entre los residuos.
El fiscal a cargo del caso, María José Basiglio, ordenó una serie de pericias que confirmarán si los restos corresponden a la mujer desaparecida. Mientras tanto, se abrió una causa por femicidio a cargo de la UFI de Violencia de Género de Pilar.
Según fuentes judiciales, Giménez ya había sido denunciado en diciembre de 2024 por violencia doméstica por parte de una expareja. También tenía una causa por amenazas y otra por resistencia a la autoridad tras agredir a personal médico en un hospital.
Giménez, que no registra empleo formal y cobra una pensión por epilepsia, habría tenido un vínculo reciente con Claudia. Las primeras hipótesis apuntan a un móvil económico: el acusado habría querido quedarse con la casa de la víctima.