El humo es blanco, hay Papa: los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina llegaron este jueves a un acuerdo sobre quién será el próximo líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo y sucesor del argentino Francisco.
Miles de fieles y curiosos rompieron en aplausos y vítores en el Vaticano al ver la esperada fumata blanca, que estuvo acompañada del redoble de las campanas de la basílica de San Pedro y el himno papal interpretado por la banda de la Guardia Suiza Pontificia.
El “Inno e Marcia Pontificale”, conocido comúnmente como el Himno Pontificio o Himno Papal, es la solemne composición que resuena para marcar la presencia del Papa o sus delegados, y en otras ceremonias importantes.

Aunque cumple la función de himno nacional para la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano, el Vaticano aclara que no debe ser visto meramente como un himno nacional. Su significado trasciende lo político; sus versos y melodía “hablan al corazón de muchos en todo el mundo que ven en Roma la Sede de Pedro”.
La música fue creada por el compositor Charles Gounod en 1869, específicamente para celebrar el jubileo de oro sacerdotal del Papa Pío IX. Originalmente una pieza instrumental denominada “Marche pontificale”, rápidamente ganó popularidad. Fue el Papa Pío XII quien la declaró himno papal el 16 de octubre de 1949, sustituyendo al anterior “Marcia trionfale”. Su debut oficial en su nuevo rol tuvo lugar en la Nochebuena de 1949.
La composición cuenta con letras en italiano de Antonio Allegra (1949) y letras en latín de Raffaello Lavagna (1991). Un detalle particular es que, en las ceremonias de izado de la bandera vaticana, solo se interpretan los primeros ocho compases del himno.