El dueño del kiosco frente a la casa donde aparecieron los cuerpos de las tres chicas desaparecidas hizo declaraciones escalofriantes en Mediodía Noticias.
Ignacio González Prieto explicó desde Florencio Varela que “a una cuadra de la casa hay una parrilla donde fueron a buscar comida y hay también un kiosco donde fueron a hacer una compra”.
“La que fue a comprar esto fue la dueña de la casa, la chica que vivía con el nuevo novio, que es aparentemente el peruano que maneja la camioneta”, aclaró el columnista.
González Prieto explicó que la mujer “va a un kiosco que está a una cuadra de este lugar y le dice al kiosquero ‘quiero comprar 12 cervezas porque tengo gente en casa’ y le paga con 40 mil pesos. Lo más extraño es que costaba más barato y le dijo ‘no importa, te dejo la plata porque estoy apurada’”.
ESTREMECEDOR DATO DEL KIOSQUERO SOBRE EL TRIPLE CRIMEN DE FLORENCIO VARELA
“Ella estaba muy nerviosa. No era la chica tranquila, mesurada, mansa, que iba todos los días a hacer compras a ese kiosco. No era la misma. Estaba muy nerviosa. Entonces, dejó los 40 mil pesos y solamente se llevó seis cervezas. Dejó otras seis, raro, y dijo que después las venía a buscar”, detalló Ignacio.

El columnista aseguró que la dueña de casa “no vino nunca más a buscarla, sino que al otro día apareció la pareja en el kiosco, pero vamos a escuchar la palabra del comerciante que notó que algo extraño había pasado y después les voy a remarcar algo que me parece fundamental para la investigación. Presten atención”.
El kiosquero explica que “notamos que tenía la mano con un poquito de sangre, pero parecía como un corte que tuvo. Pero bueno, cosas que pasan, inclusive hablaba con otro chico que le decía ‘ponete la gotita para que se pegue’, qué sé yo. Y bueno, después no la vimos más”.
“Después vuelvo con la noticia que uno se desayuna todo esto, inesperado, porque el barrio es tranquilo, gente de trabajo, no hay nada raro, ni temas de droga, ni nada de eso. Nos quedamos todos medio sorprendidos y helados con la situación por las pobres chicas y lo que les hicieron. Y me preocupa mucho el tema de que esta chica, la dueña de la casa, que tiene un nene de 7 o 8 años. Y ahora me da cosa ese nene, pobre, que queda solo, porque al padre tampoco se lo vio más. Me da cosa la criatura”, lamentó el comerciante.
González Prieto preguntó si “este tipo que vino hasta dejó las manchas de sangre acá en la reja, en la puerta del negocio”.
“Sí, dejó una mancha de sangre que después mi señora salió a limpiar para que si venía otra persona a comprar no se ensuciara. Y bueno, tuvo que limpiar ahí un poquito, no es que había mucha sangre, pero bueno, era cuestión de limpieza nada más. Yo después me lo cruzo el lunes, caminando, que no me reconoció en un cruce de calle. Yo frené y ahí me reconoció, me saludó, y lo noté normal, una persona normal. Después, uno cuando se entera esta noticia, digo ‘qué frialdad en la cabeza de la persona’, si es que fue él porque uno está haciendo conjeturas de esta situación”, cerró el kiosquero.
Sandra Borghi aclaró que “es clave este testimonio porque da confirmación de la sangre, o sea, es muy preciso el testimonio este y evidentemente, algo ahí pasó”.
