Blas Maximiliano Sosa, el empleado que fue detenido en Las Toninas acusado de haber asesinado a su jefe, Aarón Manuel González Rodríguez, y de haber enterrado el cadáver en el patio de su casa, quedó muy comprometido luego de que una perra rastreadora de los Bomberos descubriera el cuerpo, tal como se mostró en Mediodía Noticias.
“Los Bomberos y Defensa Civil de Las Toninas llevaron una perra rastreadora. Lo primero que se dieron cuenta es cómo cambia la topografía del lugar. Es como si el pasto estuviera quemado en un lugar y, en el resto, está la vegetación normal, verde, los arbustos”, empezó explicando Ignacio González Prieto.
Y prosiguió: “El perro tiene la capacidad de detectar lo que se llama ‘sustancia cadavérica’. El perro detecta la presencia de algo que está enterrado. Ustedes saben que hay perros especializados en buscar personas con vida, hay perros que buscan rastros generales y hay perros que buscan específicamente personas muertas”.
“Miren la desesperación de la perra, porque ellos están preparados y pueden detectar, porque ellos tienen un olfato muy superior al humano, detectan la sustancia cadavérica en un lugar y le marcan a los peritos que ahí había un cuerpo. Habían hecho un pozo de un metro y medio. Y el perro lo descubrió”, agregó.
Lo que determinó la autopsia
“¿Saben lo que determinó la autopsia? Miren lo que son las ciencias forenses, por eso son apasionantes. La ciencia forense comprobó que a Aarón le dieron un golpe en la cabeza con un objeto contundente. ¿Saben lo que pasa si yo golpeo a alguien en la cabeza con un objeto contundente? Se produce una proyección hemática de sangre que es dinámica y eso no se puede ocultar”, siguió con su relato.

“Y el detenido, además, luchó con Aarón. Porque cuando le sacaron la ropa tenía moretones en el pecho. Eso es signo de defensa de la víctima. ¿Y saben lo peor? Que en el garaje del vecino tenía la camioneta de Aarón escondida y la usaba él y le había vendido otro auto que era un Volkswagen Vento”, cerró.
