Un grupo de fieles cristianos progresistas acaba de elevar un petitorio a la Iglesia Anglicana para quitarle el género masculino a Dios. Si bien para muchos puede ser un sacrilegio el pedido, para otros sería una manera de modernizar su figura y adaptarla a los tiempos que corren, donde la búsqueda por la igualdad de género está más presente que nunca.
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Justamente, este planteo se basa en que, en los sagrados textos antiguos, Dios es descripto como “ni hombre, ni mujer”, un concepto que habría sido dejado de lado con el paso del tiempo. De ahí que se pretenda convertir a Dios en un ser no binario.
Este grupo, que generó un amplio debate dentro de esta rama del cristianismo, sostiene que los nombres masculinos de Dios en las Sagradas Escrituras “son una interpretación teológica errónea de Dios como un ser exclusivamente masculino”, el cual es “un motor de discriminación y de sexismo persistente contra las mujeres”.
El obispo Michael Ipgrave, vicepresidente de la comisión litúrgica de la Iglesia, declaró en una entrevista que “desde hace varios años que se está explorando el uso de un lenguaje no binario para referirse a Dios”. Es así que se estaría por crear una nueva comisión para crear un lenguaje más inclusivo.
Un cambio difícil de concretar
Sin embargo, todo cambio en ese sentido tiene que ser aprobado por el Sínodo general, el órgano de decisión de la Iglesia Anglicana. Y allí son varios los que se oponen a este cambio de género, afirmando que el sexo no es “intercambiable” en la Iglesia.
“El hecho de que Dios sea llamado ‘Padre’ no puede ser reemplazado por ‘Madre’ sin cambiar el sentido, ni puede ser neutralizado en ‘Pariente’ sin que se pierda el sentido”, defendió el reverendo Ian Paul, miembro del Sínodo general y del consejo de arzobispos.
