Un nene de dos años pasa un delicado momento luego de tragarse ocho agujas hipodérmicas que se usan para inyectar medicamentos en vacas. Todo ocurrió en Perú y su madre, al darse cuenta de la situación, lo llevó de urgencia al hospital más cercano.
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El pequeño se encontraba jugando en la finca en la que su mamá trabajaba, y al ver la terrible travesura que realizó, la mujer lo terminó llevando a un centro de salud para que recibiera atención médica urgente.
Los médicos se quedaron impresionados con el escenario con el que se encontraron, al ver que el nene tenía incrustadas las agujas en su tracto digestivo. Los cirujanos comenzaron con la intervención quirúrgica, que demoró alrededor de dos horas, porque las agujas estaban ubicadas en el estómago y en el tracto intestinal de la criatura, lo que representaba un serio peligro para su vida.
Cómo se encuentra el nene
Cuando comenzó la cirugía, los médicos explicaron que los “cuerpos metálicos” fueron fácil de localizar, una vez que abrieron al nene a la altura de su abdomen. Sin embargo, su vida corría peligro por los lugares en los que encontraban incrustadas las agujas y por las complicaciones que podían derivar de su intervención.
“Dos agujas se encontraban peligrosamente entre la vejiga y el recto, y fue una intervención muy riesgosa”, comentó una de las personas que lo atendió y que, junto al resto del cuerpo médico, fue la encargada de extraer las ocho agujas que se tragó el nene.
El pequeño permanece internado, luego de que las agujas fueran extraídas de su cuerpo y no sufrió daño alguno por la intervención, a pesar de su compleja realización. Actualmente, atravesando un proceso de recuperación y comenzó una dieta sin alimentos sólidos, hasta que sus intestinos recuperen su función, tras la delicada operación.
