Leanne Passey es una joven británica de 32 años, mamá de su pequeña hija Reign, de 5, que se dio cuenta que algo no andaba bien con la nena. Es que el sarpullido que le había provocado la varicela no era similar al habitual para este tipo de enfermedades.
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Es que, si bien al principio parecía que la afección seguía su curso normal, con el pasar de los días Leanne veía que su hija no se terminaba de recuperar, ya que la fiebre no bajaba y tenía poca energía. Pero al notar una enorme mancha roja en la zona de las costillas, las alarmas se encendieron en la mujer.
Esto hizo que la llevara a la niña a una guardia del hospital cercano donde viven, y allí los médicos decidieron que tenían que operarla de urgencia durante cuatro horas. “Es horrendo: nunca esperas que te pase hasta que sucede”, confesó la sufrida mamá, en diálogo con el diario The Sun.
“Pasé de tener una nena con varicela a que necesite una cirugía importante. Estaba gritando y pensé que existía la posibilidad de que muriera”, contó con angustia.
Tras la intervención quirúrgica, a la nena le extirparon la zona de la piel que tenía afectada. Fue ahí que le diagnosticaron a Reign estreptococo A, una infección que se desarrolla cuando los niños tienen varicela y se torna más grave.
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La nena terminó en coma
A continuación, la nena fue inducida a un estado de coma para poder controlar el dolor. “Tuvieron que dejar su herida abierta debido a lo rápido que se propagaba”, aclaró su mamá.
Finalmente, y gracias a los medicamentos y el tratamiento que le brindaron en el hospital, Reign se recuperó. “Está prácticamente curada y los médicos le salvaron su vida. Obviamente, tiene algunos efectos a largo plazo, por los cuales tendremos que volver a consultarlos”, expresó, y pidió que se incluya la vacuna contra la varicela en el calendario de vacunación infantil del Reino Unido, donde no está incluida. “Si esta vacuna pudiera salvar vidas, entonces la apoyo plenamente”, dijo Leanne.
