María Milagros Vázquez tenía toda una vida por delante y tenía tres hijas, que estaban a su cuidado, cuando fue asesinada por Juan Aguilar, un hombre de 53 años, que la violó desde los 9 años. La Justicia dictó la prisión preventiva del presunto femicida y será trasladado a un penal.
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El fatídico episodio ocurrió en Catamarca, en julio de este año. El cuerpo de la joven fue hallado en un monte en la localidad de Recreo, que se ubica a 250 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca y el único sospechoso es el hombre con el que tuvo una relación marcada por la violencia, como también por los abusos.
“Si la Justicia hubiera actuado a tiempo, hoy María estaría con nosotros”, determinó la abogada Marcela González, que representa a la madre de la víctima. La letrada confirmó que Aguilar era el padrastro de María y que comenzó a abusar de ella cuando tenía tan sólo 9 años. Producto de las violaciones, María quedó embarazada a los 14 años y dio a luz a su primera hija.
“Su mamá lo denunció y fue condenado por los abusos, pero solo detenido ocho meses. Cuando salió en libertad, la volvió a manipular y siguieron manteniendo una relación. Después nacieron dos nenas más”, relató la abogada a TN, que explicó el historial de violencia que sufrió la víctima: “Él la golpeaba, la arrastraba de los pelos con la moto y la maltrataba psicológicamente. Pero por miedo, y por no poder salir de ese círculo de violencia extremo, ella no lo volvió a denunciar”.
El trágico final de María Milagros Vázquez
Durante el mediodía del 13 de julio, María estaba almorzando con su hermana Lara, cuando Aguilar llegó a la casa de manera muy violenta y le reveló que tenían que irse porque tenían que cocinar locro y empanadas para vender. La hermana acompañó a la joven y le ofreció su ayuda.
Sin embargo, a las 16.30 Aguilar le pidió a María que lo acompañe para “cortar pasto al monte” y tomó un machete con dos bolsas de arpillera. Se subió a la moto y detrás iba María, según el relato de su hermana. Esa sería la última vez que vieron a la joven con vida.
Juan volvió a su casa alrededor de las 20 horas, en soledad. En diálogo con una de las hijas, le confesó: “Me mandé una macana con la María”. Inmediatamente, la adolescente llamó a su tía para contarle de los dichos de su padre, mientras lloraba desconsoladamente.
La madre de la joven hizo la denuncia y la policía activó el protocolo de búsqueda. En primer lugar, dispusieron hallar a Aguilar, que no se encontraba en su casa. En el pueblo, dieron con él y se dieron cuenta que el hombre tenía intenciones de quitarse la vida, porque una soga rodeaba su cuello. Los oficiales notaron que estaba ebrio y lo único que dijo en la comisaría era el lugar donde se encontraba el cuerpo de la madre de sus hijas.
En medio del despliegue policial en la zona marcada por el presunto femicida, los policías encontraron el cuerpo de María en medio de los pastizales, en un camino rural de la ruta 116 sobre el paraje La Suerte. Al lado del cuerpo, hallaron un machete, pero la autopsia determinó que la causa de muerte de la joven fue asfixia mecánica.
A dos semanas del crimen, la Justicia determinó la prisión preventiva de Aguilar, que es acusado de “homicidio doblemente calificado por mediar relación de pareja y por femicidio, en concurso ideal en calidad de autor”.
