“La Guancha” es el nombre del primer proyecto de vivienda comunitaria de la tercera edad recelosos de los asilos, que defienden su independencia. El lugar ubicado en México está dirigido por Tesha Martínez, una profesora jubilada de 65 años, y su esposo Francisco Vigil, de 61.
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Hace un tiempo, Tesha y Francisco decidieron cambiar su casa en la agitada Ciudad de México por una reservada comunidad en Malinalco, un punto turístico ubicado a unos 100 km de la capital, rodeado de bosques y montañas. Allí viven actualmente con otros 28 adultos mayores.
“La Guancha” cuenta con seis casas, las cuales fueron construidas con el dinero de las jubilaciones de los 30 adultos mayores que viven ahí así como también con parte de sus ahorros. De esta manera, se creó el primer “cohosing”, un modelo de vivienda colaborativa que surgió en Dinamarca.
De qué se trata el “cohosing”
“La Guancha” nació en 2009 como un proyecto académico de Margarita Maass sobre mejoramiento de la calidad de vida en adultos mayores. Si bien este proyecto es el primero que se hace en México, ya existen antecedentes de otros “cohosing” en otros países de América Latina.
“El cohousing es una muy buena solución para las personas que se quedan solas porque es vivir juntos, para las personas que se quedan sin mucho dinero porque es compartir gastos, y para las personas que tienen problemas de enfermedades, porque al estar juntas comparten un médico”, resaltó Maass.
Por otro lado, explicó que este modelo se diferencia de un asilo porque el grupo “decide cómo quiere su casa, dónde la quiere, de qué tamaño, con qué personas y con qué recursos económicos”. El “cohousing” se originó en la década de 1960 y se ha extendido a países como España y Uruguay.
