Dos adolescentes fueron acusados de secuestrar y asesinar a su exprofesor, Diego Yasmar Barrales San Juan, de 40 años, en Veracruz, México. El profesor fue presuntamente secuestrado el 6 de agosto tras salir de su casa para realizar diligencias. Los secuestradores exigieron un rescate de 2 millones de pesos, pero la familia no pudo pagarlo.
El automóvil de Diego fue hallado al día siguiente en un camino rural cerca de Álamo Temapache. Esa misma noche, su cuerpo fue encontrado flotando en el río Pantepec, en Tuxpan. Los jóvenes intentaron deshacerse del cadáver arrojándolo a una zona con cocodrilos, pero los reptiles no tocaron los restos, según declaró María Amada del Socorro, tía de la víctima.
“El cuerpo fue encontrado en el río donde están los cocodrilos, con la intención de deshacerse. Pero los cocodrilos no lo tocaron”, dijo la tía de la víctima. Y añadió: “No se pagó ningún rescate, por eso lo mataron. No tenemos tanto dinero. Vivimos de cheque en cheque.”
El caso generó gran conmoción, especialmente porque ambos sospechosos, de 17 y 18 años, eran exalumnos del maestro y uno de ellos era su vecino. Los adolescentes fueron arrestados y enfrentan cargos por secuestro agravado, aunque aún no se ha presentado una acusación formal por asesinato. Las familias de los sospechosos están presionando para su liberación, mientras que la familia de Diego exige justicia y que el caso no quede impune.
El pedido de la familia del profesor
El 8 de agosto, los familiares del maestro organizaron una protesta en Xalapa y enviaron una carta a la fiscalía general del estado, pidiendo que se investigue a fondo el caso y que los responsables enfrenten las consecuencias legales.
La Fiscalía Regional de la Región Norte de Tuxpan confirmó la detención de los dos jóvenes y continúa investigando las circunstancias del asesinato.
Amada dijo: “Lo único que queremos es que salgan a la luz la justicia y la verdad. No estamos aquí para condenar a nadie, simplemente no queremos que quede impune”.
La comunidad sigue consternada, no solo por la violencia del crimen, sino también por la relación de los sospechosos con la víctima, lo que añade un nivel de complejidad a la tragedia. La familia de Diego solo busca que la verdad salga a la luz y que se haga justicia.
