Un hombre que había caído en coma por una meningitis se llevó la desagradable sorpresa de que, cuando despertó varios meses más tarde, su empresa lo había despedido.
El 1° de mayo de 2023, justo en el Día del Trabajo, el empleado, que trabajaba en las islas Canarias (sur de España), cayó en coma y, al despertarse, se enteró que su compañía lo había echado sin previo aviso.
La información salió publicada en el medio elDiario.es y, sin revelar la identidad del hombre, se supo que había sufrido de una meningitis neumocócica. Y que, meses más tarde, su hermana le había avisado que era desempleado y que lo habían despedido el 3 de junio de 2023, es decir al mes de estar internado.
El empleado había trabajado en esa compañía durante dos años con contratos temporales, lo que motivó a su hermana a contactar a un abogado y demandar a la empresa por despido improcedente. Además, reclamó que nunca se lo pasó a la categoría en relación de dependencia con todos los derechos laborales correspondientes, y que, en cambio, lo habían seguido manteniendo como temporario.
Lo que fija la ley
Si bien la ley española establece que el empleado despedido tiene hasta un máximo de 20 días para impugnar su despido, el abogado del hombre alegó que su condición de comatoso le impedía respetar esos tiempos que fija la ley al no poder defenderse, lo que la Justicia consideró como válido.
Finalmente, la empresa decidió llegar a un acuerdo privado para pagarle una indemnización sin tener que llegar a la instancia del juicio, reconoció el despido improcedente y le pagó unos 3 mil euros en todo concepto (alrededor de 4,2 millones de pesos).
