Finalmente, el anillo de fuego llegó a Santa Cruz y fue transmitido en vivo por la pantalla de TN. “Observen lo que es, no, es una maravilla, es una maravilla total”, lanzó Matías Bertolotti mientras el cielo de Puerto San Julián, donde él se encontraba, comenzaba a oscurecerse.
“Por favor, no se puede creer, mirá lo que es ese anillo, maravilloso”, agregó uno de los enviados especiales al lugar. “Me callo, disfruten por favor”, concluyó, mientras todos contemplaban la espectacular imagen desde el sur de nuestro país.
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“No hay que perder de vista que estamos viendo a la Luna, estamos en medio de casi una sombra”, agregó José Bianco desde Gobernador Gregores, otro de los puntos de la provincia de Santa Cruz donde pudo verse el fenómeno natural.
El inesperado reclamo de los presos ante el fenómeno del eclipse de sol
Este lunes, millones de personas en Estados Unidos podrán contemplar un eclipse de sol que va a atravesar buena parte del país, desde Texas (en el centro sur) hasta Maine (en el noreste). Pero los presos que están confinados en las prisiones federales no podrán hacerlo, ya que el servicio penitenciario anunció que no lo va a permitir.
Esto generó que un grupo de seis condenados reclamara ante la Justicia su derecho a contemplar el eclipse, que no se da en territorio estadounidense desde hace 80 años.
En el escrito con la denuncia contra el servicio penitenciario, adujeron que impedirles ver el eclipse viola sus derechos constitucionales a practicar su religión.
Los hombres, confinados en la prisión Woodbourne Correctional Facility en el condado de Sullivan (al norte de Nueva York) profesan distintas religiones, pero todos creen que el eclipse “es un acontecimiento religioso del que deben ser testigos y sobre el cual tienen que reflexionar para sostener su fe”, de acuerdo con el escrito presentado ante la Justicia.
“Numerosas religiones reconocen la importancia de este eclipse histórico y nosotros defendemos el derecho de cada uno de poder observarlo”, declaró Chris McArdle, abogado de los presos.
Sin embargo, uno de los reclusos que presentó la demanda, Jeremy Zielinski, es ateo, pero él mismo defendió su derecho a asistir al eclipse por ser un momento privilegiado para “celebrar las ciencias, la razón y todo lo que está vinculado con el ateísmo”.
Zielinski había sido el primero en pedir un permiso antes las autoridades de la prisión en enero pasado. En ese momento le dijeron que sí, y que le iban a entregar anteojos de sol especiales para protegerse. Pero ante la gran cantidad de presos que se sumaron a la solicitud, cambiaron de idea y suspendieron el permiso.
“Las personas encarceladas se quedarán en sus celdas, salvo en caso de emergencia”, anunció Daniel Martuscello, comisario del servicio penitenciario estatal.
Para muchos de los confinados, la preocupación reside en que el próximo eclipse recién tendrá lugar en 2044 y no saben si estarán vivos para ese momento.
