Una joven empresaria brasileña falleció luego de someterse a seis cirugías estéticas en tan solo ocho horas. Viviane Lira Monte tenía 24 años y terminó agonizando durante 22 días después de ir a “hacerse dos retoques”, por lo que la familia denunció al médico que le realizó todas las cirugías en tan poco tiempo.
El dramático hecho ocurrió en la ciudad de Sobral, en el Estado de Ceará, en el nordeste brasileño. La víctima fue intervenida el 31 de agosto pasado, tras hacer una consulta presencial con un profesional que encontró en Internet.
De acuerdo con su esposo, Renan Santiago, ella solo tenía intención de hacerse dos retoques, pero el médico la terminó convenciendo de practicarle cuatro más, e incluso le ofreció un descuento para que la mujer aceptara y le cobró 5.500 dólares por todo.
Fue así que Viviane fue sometida, durante esas ocho horas, a una seguidilla de operaciones estéticas que incluían reducción de senos y liposucción en abdomen, brazos, espalda y mentón. Y, tras todo esto, el cirujano colocó la grasa de la liposucción en sus glúteos para obtener un aspecto prominente.
Luego de las intervenciones quirúrgicas, la joven regresó a su casa, pero tan solo por 15 horas, ya que enseguida empezó a sentirse mal en todo el cuerpo.
En diálogo con los medios, su familia reveló que Lira Monte sufrió “un dolor agonizante”, lo que los impulsó a llevarla de urgencia a un hospital cercano.
Fue en la guardia de ese centro de salud donde los médicos que la atendieron descubrieron que su presión arterial había caído estrepitosamente, obligando a trasladarla a otro hospital de mayor complejidad, donde quedó internada en terapia intensiva.
Allí quedó internada durante 22 días hasta que el pasado 26 de septiembre falleció a causa de una infección en su abdomen, provocándole una insuficiencia cardiaca.
La dolorosa agonía de la mujer
Su esposo reveló que “ella vomitó sangre, se recuperó, pero nunca estuvo estable. Hubo mucha inflamación e infección debido a la cirugía. Ella no podía respirar, pero aun así lograron reanimarla y la intubaron, pero no pudo regresar”.
“La vimos morir poco a poco. Fueron 22 días de sufrimiento sin buenas noticias. Todos los días nos hablaba con voz muy débil y con dificultad para respirar. Sabía que se estaba muriendo”, agregó, y denunció al médico: “Él vio que ella estaba mal, pero se fue a Río de Janeiro. La abandonó y no le dio apoyo”.
