Seguro que te pasó en más de una ocasión a lo largo de tu vida: ves a alguien bostezar y te dan ganas de hacer lo mismo. ¿Qué es lo que genera este efecto contagio, si solo se trata de una reacción visual? La ciencia tiene la respuesta a este interrogante.
El fenómeno de tener ganas de bostezar cuando otra persona lo hace es conocido como “bostezo contagioso” y, si bien no existe todavía una explicación que un grado de certeza absoluta, los científicos creen que lo más probable es que esté vinculado con las “neuronas espejo”, un tipo de células cerebrales que se activan cuando observamos una acción en otra persona.
Justamente, estas neuronas permiten imitar ciertos comportamientos, ayudando a desarrollar la empatía y la conexión social. Y, en el caso del bostezo, al ver a otra persona haciéndolo, el cerebro nos impulsa a hacer lo mismo.
Ligado a las relaciones sociales
Pero la ciencia también descubrió que este “bostezo contagioso” está vinculado a las relaciones sociales.
Diversos estudios han demostrado que tenemos más tendencia a bostezar cuando alguien cercano lo hace, tales como familiares y amigos, que si se trata de personas desconocidas.
La explicación de esta reacción pasaría por la tendencia a reforzar los lazos afectivos con estas personas cercanas o, dicho en otras palabras, una manera inconsciente de vincularnos con quienes nos rodean.
Por otra parte, esta “cadena” de bostezos no es privativa de los seres humanos, sino que se han detectados reacciones similares en otros mamíferos como los chimpancés, por lo que se cree que el “bostezo contagioso” también tiene raíces evolutivas, posiblemente relacionadas con la supervivencia, ya que aquellos animales que actúan de manera coordinada tienen mayores probabilidades de sobrevivir en grupo.
