La comuna de Independencia, en Chile, sorprendió con una firme ordenanza municipal hacia el orden público que prohíbe la realización de asados, la instalación de parlantes y el uso de sillas en las calles. La normativa, aprobada de forma unánime por el Concejo Municipal el viernes 18 de octubre, busca poner fin a las constantes quejas por ruidos molestos y situaciones de desorden.
La alcaldesa Carola Rivero explicó que la medida responde a un creciente número de reclamos vecinales. “Esta ordenanza va en atención a que hemos recibido muchos reclamos y mucha demanda para ordenar nuestra comuna. Necesitamos poder caminar libremente por nuestras calles, veredas y plazas, que estén despejadas, seguras y limpias. La calle no puede transformarse en un quincho”, afirmó.
Según Rivero, estas actividades no solo generan molestias a los vecinos, sino que también representan riesgos para la seguridad y el medio ambiente, por los residuos que dejan las frituras y las brasas en la vía pública.
Los comercios y eventos recreativos autorizados quedarán exentos de esta prohibición, siempre y cuando cuenten con un permiso formal emitido por el municipio. Esto significa que actividades como fiestas infantiles en pasajes o la instalación de decoraciones navideñas seguirán siendo permitidas bajo las condiciones establecidas por la ordenanza.
Sanciones económicas severas para los infractores
El incumplimiento de esta nueva normativa puede acarrear sanciones económicas significativas. Los vecinos que no respeten las disposiciones se enfrentarán a multas que oscilan entre las 2 y 5 UTM (Unidades Tributarias Mensuales), lo que equivale a montos entre 50 y 130 mil pesos en la Argentina. La gravedad de la infracción y la reincidencia del infractor serán determinantes en la cuantía de la multa.
Este tipo de medidas no son nuevas en Chile, ya que otras comunas han implementado regulaciones similares para mejorar la convivencia urbana. No obstante, la ordenanza en Independencia generó opiniones divididas entre los vecinos. Mientras algunos aplauden la iniciativa por garantizar un entorno más tranquilo y ordenado, otros la critican por limitar la posibilidad de realizar reuniones al aire libre, una práctica común en muchos barrios.
