Un crimen digno de una película de suspenso ocurrió en los últimos días en la ciudad bonaerense de San Carlos de Bolívar. Una mujer, que ya fue detenida, drogó a su marido, lo masacró a golpes y, con la ayuda de su amante, llevó el cuerpo hasta un descampado bastante alejado del lugar donde cometió el crimen.
“Juan Carlos Barandalla, un hombre de 52 años, casado con dos hijas, tenía un taller en su casa y la mujer tenía una despensa. Se comentaba que a él le gustaba jugar al juego clandestino. Un empleado rural va saliendo desde Henderson hacia Bolívar, que está a la altura de la bajada de Transener, que es un lugar muy conocido cerca de Pirovano”, empezó contando Ignacio González Prieto en TN.
Y prosiguió: “Esto empezó en las últimas horas, pero en realidad el crimen se habría cometido el miércoles pasado. Acá hay un dato muy importante. Ese lugar que estamos viendo, que es la ruta 65, en el kilómetro 318, hay un trabajador rural que viene circulando, se baja de su vehículo para ir al baño, y descubre que hay una tapera que estaba abandonada, había pertenecido a un vecino muy conocido de la zona que vendía cabras, y se encuentra con un cuerpo que estaba boca arriba, es decir, de cúbito dorsal”.
“Lo habían colocado, lo habían posicionado, el torso estaba desnudo, estaba descalzo, tenía una media en el pie izquierdo. Le habían dado un gran golpe en la cabeza con un elemento que no era un elemento con filo, un elemento romo, que son los elementos que no tienen filo, era un elemento de gran peso y para producir un gran daño, porque tenía doble fractura de cráneo”, agregó el periodista.
Leé también
La esposa confiesa el crimen
“Nadie entendía cómo ese cuerpo había aparecido ahí, en plena zona rural. Entonces empiezan a investigar y descubren que era un comerciante de Henderson, que es un pueblo que está entre Bolívar y Daireaux. Van a Henderson, descubren de que esta persona estaba desaparecida, le toman declaración al hijo, le toman declaración también al resto de la familia, secuestran celulares y detienen a la mujer, Natalia Blanco Burón, de 45 años”, siguió González Prieto.
“Cuando la mujer venía en la patrulla y ante la presión de la Policía, se quiebra, empieza a llorar y cuenta que había matado al marido. La sorpresa de los investigadores es cuando dice que Ariel González, de 38 años, conocido como ‘El Correntino’, que tenía antecedentes, también había estado involucrado en la maniobra. Lo detienen al amante y el amante dice ‘sí, yo estuve y estuvo mi hermana, pero nosotros no lo matamos’”, contó.
