En la madrugada del domingo, un terrible hecho en la ciudad de Goya, Corrientes, terminó en tragedia cuando dos policías atropellaron cuatro veces con un patrullero a Carlos Andrés Bartlett, quien sufría un brote psicótico y caminaba por la calle armado con dos cuchillos. El hecho, ocurrido poco después de las 02:50 en la calle Pedro Ferré, se desató tras un llamado al 911 que alertó sobre la presencia de un hombre con el torso desnudo y armado.
Los efectivos policiales, el sargento primero Santiago Molina y el cabo Sergio Maciel, llegaron al lugar en dos móviles. En aproximadamente tres minutos y medio, uno de los patrulleros embistió repetidamente a Bartlett, quien tenía un diagnóstico de bipolaridad, frecuentes brotes psicóticos y antecedentes de consumo de drogas.
Las imágenes capturadas por una cámara de seguridad mostraron cómo Bartlett, desorientado y en aparente discusión con personajes inexistentes, fue embestido por el vehículo. A raíz de uno de los impactos, cayó al suelo y quedó aturdido, sin poder reincorporarse debido a un golpe en la pierna. Poco después, fue esposado y trasladado bajo custodia al Hospital de la ciudad, pero llegó sin signos vitales tras desvanecerse en la camilla.
La autopsia reveló que las lesiones en las piernas eran leves y que la causa de muerte fue un “paro cardiorrespiratorio no traumático”, lo que indicaba que no fue producto de los golpes. Sin embargo, la viralización del video que reflejaba la irregularidad en el procedimiento motivó al ministro de Seguridad, Alfredo Vallejos, a trasladar el caso a Asuntos Internos para iniciar una investigación. Como resultado, ambos oficiales fueron pasados a disponibilidad.
El accionar de la justicia y la reacción de la familia
La fiscal María Eugenia Ballaró dispuso que las actuaciones fueran realizadas por la Prefectura Naval para evitar conflictos de interés, y la Policía de Corrientes aclaró que no existe ningún protocolo que contemple embestir a una persona para proceder a su detención.
La madre de la víctima, Lilia Refojos, denunció la desproporcionada respuesta policial y declaró: “Estando en el suelo rendido seguían atacándolo. Después de chocarlo cuatro veces, lo dejaron morir instigados por el odio de un enfermo que se dedica a brindar seguridad en eventos populares”. Se conoció, además, que en medio de la situación, los policías contactaron al padre de Bartlett para pedirle permiso para reducirlo, ya que el hombre es proveedor de comida para los detenidos en Goya.
