Una iglesia en Suiza causó un debate global al implementar un holograma de Jesús impulsado por inteligencia artificial (IA) en un confesionario. Bajo el nombre Deus in Machina, este proyecto pionero, desarrollado en colaboración con un laboratorio de realidad inmersiva, propone una nueva forma de interacción espiritual que ya divide opiniones entre los creyentes y expertos.
El holograma, diseñado para responder en tiempo real a preguntas y reflexiones de los fieles, está entrenado con textos teológicos y tiene capacidad para comunicarse en más de 100 idiomas. Instalado en una cabina similar a un confesionario tradicional, los visitantes pueden “hablar” con una representación virtual de Jesús. Antes de interactuar, se les informa que están conversando con un sistema de IA y se les recomienda no compartir información personal.
Jesús y una innovación que generó controversia
Desde su lanzamiento en agosto, más de 1.000 personas han probado el holograma, generando una amplia gama de reacciones. Algunos describieron la experiencia como profundamente espiritual, mientras que otros criticaron la superficialidad y repetitividad de las respuestas del holograma.
Marco Schmid, teólogo de la iglesia Peterskapelle y uno de los impulsores del proyecto, expresó: “Queríamos entender cómo reaccionaría la gente ante un Jesús de inteligencia artificial. ¿De qué hablarían con él? ¿Habría interés? Probablemente seamos pioneros en esto”.
Sin embargo, no todos en la iglesia apoyan esta iniciativa. Algunos líderes religiosos expresaron su preocupación sobre la ética y la responsabilidad de implementar este tipo de tecnología en contextos espirituales.
El experimento busca explorar nuevas formas de interacción espiritual en una época marcada por avances tecnológicos. Para algunos fieles, esta propuesta responde a una necesidad contemporánea de acercarse a figuras religiosas de formas más personalizadas. “La gente busca algo más allá de la Biblia y los rituales. Existe una sed de hablar con Jesús y escuchar sus palabras”, reflexionó Schmid.
No obstante, este tipo de iniciativas plantea preguntas cruciales: ¿puede la tecnología replicar la dimensión emocional y espiritual de la fe? ¿Dónde están los límites éticos en el uso de la IA en contextos tan sensibles?
Aunque la iglesia suiza dejó claro que Deus in Machina es solo un experimento y no busca reemplazar a los líderes religiosos tradicionales, el proyecto encendió un debate global sobre el papel de la IA en la espiritualidad y en la vida de las personas en general.
Este experimento suizo marca un precedente que podría ser el inicio de un nuevo capítulo en la relación entre tecnología y fe. Sin embargo, queda por ver si la inteligencia artificial encontrará un lugar legítimo en la espiritualidad o si será rechazada como una innovación incompatible.
