El fin de año suele llegar cargado de compromisos sociales, laborales y familiares que desafían nuestra salud mental y física. El burnout o agotamiento extremo es un estado de fatiga física, emocional y mental provocado por un estrés prolongado, generalmente relacionado con el trabajo o las demandas excesivas de la vida cotidiana.
Leé también
Este estado se caracteriza por una sensación de estar “quemado” o completamente desgastado, lo que afecta tanto la productividad como el bienestar general. Las personas que sufren de burnout suelen experimentar un cansancio crónico, dificultad para concentrarse, irritabilidad, insomnio y un desinterés generalizado en sus actividades diarias. Además, puede haber una sensación de desconexión emocional, lo que genera que quienes lo padecen se sientan distantes de su entorno laboral, social e incluso familiar.
El burnout no es solo un problema físico, sino también psicológico y emocional. A medida que el estrés y la presión continúan acumulándose, las personas pueden perder la motivación y la capacidad de disfrutar de las cosas que anteriormente les resultaban placenteras. Si no se trata a tiempo, este agotamiento puede llevar a problemas de salud más graves, como ansiedad, depresión o enfermedades físicas.
Argentina, siendo uno de los países con más trabajadores que experimentan síntomas de burnout según estudios recientes, pero ¿cómo podemos evitar que el estrés nos consuma y, al mismo tiempo, lograr nuestras metas antes de que termine el año?
Diciembre: un mes de alta presión emocional y social
El último mes del año trae consigo una vorágine de eventos: desde despedidas laborales hasta compromisos familiares que muchas veces incluyen tensiones y conflictos no resueltos. A esto se suma la sensación de vivir en “piloto automático”, una rutina cargada de tareas interminables que provoca irritabilidad y cansancio extremo.
Este agotamiento puede derivar en insomnio, dolores de cabeza y un notable desbalance emocional. Por esa razón, encontrar formas de cuidar nuestra salud mental se vuelve una prioridad. A continuación enumeramos algunas estrategias que los expertos indican para combatir el agotamiento mental:
- Poné límites y priorizá tus compromisos: no podés hacer todo. Aprender a decir “no” y priorizar las tareas esenciales es clave. Agendá tiempo para vos mismo, incluso si eso implica rechazar invitaciones o delegar responsabilidades.
- Atendé tus necesidades básicas: dormir entre 7 y 8 horas, mantener una alimentación equilibrada y practicar actividad física son pilares fundamentales. Pequeñas acciones como caminar al aire libre o realizar ejercicios de respiración pueden marcar una gran diferencia.
- Desconectá sin culpa: permitite pausas para relajarte y recargar energías. Escuchar música, meditar o simplemente disfrutar de una caminata son formas efectivas de desconectar del estrés cotidiano.
- Compartí tus emociones: hablar con amigos, familiares o colegas acerca de tus preocupaciones puede aliviar la carga emocional. Escuchar y ser escuchado fomenta la conexión y reduce la sensación de aislamiento.
Si sentís que el estrés es abrumador, considerá consultar a un terapeuta. La ayuda profesional puede brindarte herramientas personalizadas para manejar el agotamiento y recuperar el equilibrio emocional.
