Un avión que pertenecía a la familia Brito, dueña del Banco Macro, se despistó este miércoles al mediodía en el aeropuerto de San Fernando y terminó incrustándose contra una casa vecina a la estación aérea, ocasionando una verdadera tragedia, con un saldo de dos personas fallecidas, el piloto y el copiloto de la aeronave.
Martín Fernández Loza, de 44 años, era quien pilotaba el avión, un Challenger 300 con matrícula LV-GOK, que había aterrizado tras regresar de Punta del Este, en tanto que Agustín Orforte, de 35 años, era el copiloto del vuelo trágico.
El piloto ya había sido noticia en 1998 por un hecho que lo dejó marcado, ya que en ese momento fue víctima de un salvaje robo que casi le cuesta la vida.
Todo ocurrió en el tren Belgrano Norte, cuando viajaba a una clase de la Escuela de Aviación de Don Torcuato. Y, durante un intento de robo, Fernández Loza fue tirado de la formación en movimiento, provocándole graves lesiones que lo mantuvieron en coma durante varias semanas.
De acuerdo con lo informado, el avión pertenece a la familia Brito, pero había sido alquilado en esa ocasión por otra persona para hacer un vuelo charter.
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Una posible mala maniobra
Si bien se desconoce el motivo del accidente, las primeras versiones hablan de una mala maniobra que habría generado el trágico accidente.
Los Bomberos de San Fernando desplegaron un operativo para evacuar a los vecinos que viven cerca de la zona y apagar el fuego que rápidamente cubrió la aeronave. El avión llegó a tocar la pista y luego ocurrió el desplazamiento: un trayecto extenso que se expandió hasta el lugar en el que ocurrió la colisión.
