Si ya te pasó de recibir una pequeña descarga de corriente eléctrica al tocar a otra persona o darle la mano, es bueno que sepas que no tiene nada que ver con la “mala energía” de tu interlocutor o no está relacionado con las emociones ni las “vibras”. En cambio, la ciencia tiene una explicación para este incómodo fenómeno, que se conoce como “efecto triboeléctrico”.
Aunque la sorpresa por la descarga te pueda causar un poco de impresión, el efecto es completamente inofensivo y se da cuando se produce un desequilibrio entre las cargas positivas y negativas del cuerpo.
Esto se debe a que cada organismo funciona como un acumulador de electrones, pero hasta cierto punto. Por eso, cuando se llega a la máxima capacidad de soporte, el cuerpo tiene la necesidad de descargarlos en algún lado, ya sea la manija de una puerta u otra persona.
Esto sucede cuando el contacto se da con un objeto o cuerpo que tiene energía opuesta o sin carga, de ahí que se provoque la descarga y, cuando el clima es muy seco, incluso puede haber un chispazo entre ambos.
Siempre según la ciencia, al estar todos los organismos y objetos conformados por átomos, que tienen cargas positivas y negativas, cualquier persona puede ser conductora de corriente eléctrica.
En ese sentido, la acumulación de electrones se puede provocar al frotar la ropa contra la piel, caminar y frotar la suela del calzado contra el suelo, cepillarse el pelo, tocar ciertos objetos de goma o inflamables, la sudoración excesiva, entre otras.
Pero la ropa que llevás puesta también puede potenciar este fenómeno, sobre todo si está confeccionada en lana, tejidos sintéticos o acrílicos. Y también podés sufrir una descarga al tocar alfombras o cortinas, generadores de este efecto triboeléctrico.
Cómo evitar las descargas
Para quienes prefieran evitar cualquier tipo de descarga, por más pequeña que sea, estas son las reglas a seguir.
- Usar telas naturales como algodón, en lugar de telas sintéticas.
- Evitar la fricción entre dispositivos y telas.
- Usar un humidificador en espacios interiores.
- Humectar la piel seca.
- Cambiar el calzado a uno con suelas de cuero.
- Utilizar toallitas húmedas.
- Ducharse para eliminar la energía acumulada en el cuerpo.
