El juicio contra Néstor Soto, el único imputado por el crimen de Catalina Gutiérrez, comenzó el jueves 6 de marzo en la Cámara Undécima del Crimen de Córdoba. Durante la segunda audiencia, se vivió un momento de profunda indignación cuando el acusado sonrió junto a su abogada frente a los padres de la víctima.
El hecho ocurrió luego de que se dictara un cuarto intermedio y la audiencia se reanudara. Soto apareció relajado y sonriente junto a su defensora, Ángela Burgos Niño, a escasos metros de los familiares de Catalina, incluyendo a su madre, su padre y su hermana. También se encontraban presentes el novio de la víctima y otros allegados, quienes no ocultaron su repudio ante la actitud del joven.
Acompañando a Soto en la sala estaban su tío y su abuela, quien incluso defendió a su nieto en su declaración antes de volver a su asiento.
Una confesión tardía y un pedido de perdón
Soto está imputado por homicidio agravado por alevosía y violencia de género. En agosto de 2024, declaró ante el fiscal José Mana y confesó haber asesinado a Catalina Gutiérrez. Sin embargo, su testimonio se limitó a una breve admisión y un pedido de disculpas a la familia de la joven: “Me cag... la vida y le cag... la vida a la familia de Catalina”, expresó.

Así ocurrió el femicidio de Catalina Gutiérrez
Catalina vivía con su familia en el barrio Inaudi de Córdoba y el 17 de julio de 2024, cerca de las 21, salió de su casa con la intención de encontrarse con sus amigos de la facultad de Arquitectura en el shopping Patio Olmos. Antes de ello, pasó por el departamento de Néstor Soto, ubicado en la calle Podestá Costa, para buscarlo y dirigirse juntos a la reunión.
Según la investigación, en el interior de la vivienda se produjo una discusión y un forcejeo. La Justicia cree que, en ese contexto, Soto estranguló a Catalina.
A las 22:20, las cámaras de seguridad captaron el Renault Clio de la joven circulando por avenida Valparaíso, en el cruce con la calle José Guardado. Para los investigadores, en ese momento Soto la llevaba inconsciente o posiblemente ya sin vida.

Minutos después, el acusado abandonó el vehículo en el barrio Ampliación Kennedy y trató de incendiarlo para eliminar cualquier tipo de prueba. Sin embargo, durante la madrugada, la familia y amigos de Catalina rastrearon su celular y encontraron el auto en la calle Pedro Echagüe. En el interior, hallaron el cuerpo de la joven en el asiento trasero.
El impactante testimonio del padre de Catalina
El padre de la víctima relató que, cuando encontraron el auto con el cuerpo de Catalina, Soto se acercó y abrazó a su esposa en un intento de disimular su implicancia en el crimen. “Le dio un abrazo a mi mujer como diciendo ‘¿Quién le hizo esto a Catalina?’”, recordó, y aseguró que, desde ese momento, su esposa empezó a sospechar del joven.

El juicio sigue su curso, con un clima de tensión e indignación, mientras la familia de Catalina Gutiérrez exige justicia por su femicidio.