A los 21 años, Valentín Yan marcó un hito en su vida y en su incipiente carrera dentro del automovilismo. El joven piloto, hijo de la recordada actriz Romina Yan y nieto de los reconocidos productores Cris Morena y Gustavo Yankelevich, tuvo un debut soñado en el Turismo Carretera 2000, disputado en el Autódromo Provincia del Neuquén el pasado fin de semana.
Con el respaldo del equipo Axion Energy Sport, Valentín sorprendió con una actuación destacada, logrando finalizar en la sexta posición entre dieciséis competidores. Un resultado prometedor para quien busca hacerse un nombre en el exigente mundo del automovilismo nacional.

Valentín Yan tuvo un debut cargado de emoción y apoyo familiar
El fin de semana de competencia, que tuvo lugar del 28 al 30 de marzo, contó con la presencia de su abuelo Gustavo Yankelevich, quien siguió de cerca cada vuelta y celebró con orgullo el desempeño de su nieto en la pista. También lo acompañó el actor Nicolás Vázquez, gran amigo de la familia, quien no quiso perderse este momento especial.


“Este fin de semana viví un sueño: el comienzo de una carrera que vengo construyendo con mucha dedicación y un profundo amor por este deporte”, expresó Valentín tras finalizar la carrera, dejando en claro que este es solo el primer paso de un largo camino que planea recorrer con esfuerzo y pasión.
En la pista también estuvo presente el actor y productor, Nico Vázquez, amigo de Valentín y de su familia, quien posó orgulloso con el ahora joven piloto. Con un debut prometedor y el respaldo de su equipo y seres queridos, Valentín Yan se proyecta como una de las jóvenes promesas del automovilismo argentino.
La pasión de Valentín Yan por los autos
Mientras que sus dos hermanos siguieron los pasos de su famosa madre y se decantaron por el lado artístico, Valentín se convirtió en piloto profesional de kartings.

“Me enseñaron a manejar desde muy chico y en ese momento fue cuando me di cuenta de que esto iba a ser mi pasión y mi amor por el resto de mi vida”, reveló Giordano, en diálogo con “Carburando”.
“Yo estaba en un momento de mi vida en el que no sabía qué hacer, estaba estudiando, pero no me terminaba de gustar. La idea de ser piloto la había dejado de lado porque siempre la vi muy lejana y pensaba que no le iba a agarrar nunca el ritmo. Pero mi abuelo me bancó y gracias a él pude arrancar a correr”, agregó, haciendo referencia a Gustavo Yankelevich, padre de Romina.