Luciana Bustos Sánchez, investigadora del Conicet, fue acusada de asesinar a Marcelo José Amarfil, quien falleció el pasado 16 de enero 2024 en San Juan. La mujer está acusada por el “homicidio doloso doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía” y fue la única implicada en el caso.
La sospechosa mantenía una relación estrecha con la víctima y fuentes cercanas aseguran que “eran algo más que amigos”. Esa noche del 16 de enero, ellos acordaron salir y Luciana fue quien convenció al profesor de educación física a compartir una cena en un bar llamado “Hormiga Negra”, al que solían asistir.
Asistieron en el auto de él y, al momento de regresar, decidieron estacionar en una calle vacía cerca al aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento de San Juan donde habrían mantenido relaciones sexuales. En ese momento, ella decidió atacarlo y lo mató con seis puñaladas.
Tal como difunden desde la fiscalía, la mujer lo habría atado al volante y le habría colocado un antifaz, como parte de un juego sexual que, según testimonios de la hermana de Amarfil, era algo frecuente en ellos. El hombre intentó escapar y logró salir del coche, aunque murió desangrado minutos después.

Esto ocurrió entre la 1.30 y las 2 de la madrugada, momento en el que Luciana llamó a la hermana de la víctima, que estaba durmiendo: “Graciela, Graciela, tu hermano se mató”. Según la versión de la acusada, Marcelo decidió quitarse la vida después de un brote psicótico y eso fue lo que declaró ante la Policía esa fatídica noche.
Negocios y un amor complicado
Graciela Amarfil fue quien dio más detalles de lo sucedido con su hermano y confirmó que él y Luciana mantenían una relación que iba más allá de la amistad. Tal como reveló la mujer, él la llamaba “vida” y su vínculo era tan cercano que ella era parte de la familia y participaba de todos los encuentros.
Además, Luciana Bustos Sánchez y Marcelo Amarfil tenían negocios en común, que podría ser el desencadenante de este crimen. La hermana del profesor fallecido asegura que ambos habían decidido encarar proyectos juntos y querían comprar terrenos para construir una cadena de gimnasios. “Creemos que el desencadenante fue la plata, no encuentro otro motivo”, aseguró Graciela Amarfil.
El juicio por este caso comenzó el lunes y el tribunal lo integran Gerardo Fernández Causi y Matías Parrón y Guillermo Adarvez, quienes podrían sentenciar a la pena de prisión perpetua a la investigadora. En esta primera jornada, la acusada se negó a declarar.