Un aberrante caso de abuso sexual tuvo lugar en la provincia de Corrientes hace 10 años. Tras una década estando prófugo, finalmente las autoridades dieron con el paradero del agresor.
Los investigadores a cargo del caso lo atraparon en el Hospital Pediátrico Juan Pablo II, en avenida Artigas al 1400, donde trabajaba como personal de seguridad privada.
A 10 años del hecho, surgió una pista firme en el caso que llevó a desplegar el operativo en el establecimiento. El procedimiento estuvo encabezado por la División Unidad Operativa de Investigaciones Especiales de la Policía Federal.
El dato en el que se basaron indicaba que el sujeto con pedido de captura prestaba servicio como seguridad privada para una empresa terciarizada en el hospital. Sin embargo, según informó el medio Diario Época, un detalle de la declaración de la víctima fue lo que ayudó a dar con el paradero del hombre.
En su momento, la nena declaró que el agresor tenía una “forma particular de hablar”, en referencia a que tartamudeaba. Así, atando los dos cabos, finalmente pudieron identificar al acusado y detenerlo en el Juzgado de Instrucción N°4.
El personal de seguridad era buscado por los delitos de “abuso sexual y corrupción de menores”.
Salieron a la luz escalofriantes detalles del caso de la joven secuestrada y abusada en Mendoza
Un desgarrador hecho conmocionó a todos en la provincia de Mendoza: una chica de 20 años denunció ser secuestrada y abusada por un vecino de la zona. Cuando se bajó del colectivo en el medio del descampado que tenía que cruzar para llegar a su hogar, la víctima hablaba telefónicamente con su madre. En cierto momento dejó de contestar.
Ahí comenzó el infierno para la joven de 20 años: se topó con un hombre que la tomó por la fuerza, la metió en su casa y abusó de ella. Después de siete horas en cautiverio, la chica fue liberada y logró pedir ayuda a un colectivero que la acercó a su familia.
“Lloraba mucho. Dijo ‘me hizo de todo’”, contó el hombre sobre lo que le dijo la mujer ni bien subió al vehículo.
El diario Uno de Mendoza dialogó con la hermana de la víctima, que reprodujo detalles de lo que le contó la joven: “Tenía pegamento en los ojos y marcas en el cuello. Nos contó que la ahorcó muy fuerte para que no pudiera gritar”.
“Ella le suplicaba que la soltara, le decía que no iba a contar nada”, relató su hermana. Poco después se supo que el sospechoso, identificado como Rodríguez, ya tenía un pedido de captura previo por abuso de menores.
