Una tragedia sacudió a la localidad cordobesa de Río Primero y dejó una herida abierta en toda la comunidad. Víctor Adrián Loza, de 35 años, y Santiago Vicintini, de apenas 21, murieron en circunstancias tétricas mientras realizaban tareas de mantenimiento en una fábrica de dulce de leche.
Los investigadores apuntan a que ambos habrían fallecido intoxicados por gases tóxicos emanados de una cisterna de lombricompostaje, donde realizaban trabajos de limpieza. El caso estremeció no solo por el trágico desenlace, sino también por el gesto de humanidad que terminó costando la vida a uno de ellos: Santiago habría bajado a socorrer a Víctor tras escucharlo pedir ayuda, y terminó descompensado en el intento.
Quiénes eran los trabajadores que murieron en la fábrica de Río Primero
Las despedidas no tardaron en llenar los muros de Facebook e Instagram. Santiago, apodado “El Zurdo”, era un joven apasionado por el vóley. Jugaba en el club municipal de la ciudad y sus compañeros le dedicaron un emotivo mensaje: “Extrañaremos las juntadas post entrenamiento, las risas en la Trafic, los campeonatos que ganamos y perdimos juntos. ‘No se muere quien se va, solo muere quien se olvida’”.
También su tío Eric lo recordó con palabras que conmovieron a todos: “Mi confidente, mi némesis, mi compañero. Quisiera que esto fuera una pesadilla y que volvamos a comer esas empanadas árabes de la abuela que tanto te encantaban. Hoy me toca despedirte, pero es solo un hasta pronto. Siempre serás mi angelito, la estrella que más brilla”.
Por su parte, Víctor Adrián Loza tenía 35 años y era reconocido en el pueblo por su simpatía y su fanatismo por River y la Selección Argentina. En sus redes sociales compartía videos de humor y momentos cotidianos de su vida, siempre con una sonrisa. Una de sus familiares lo recordó con un mensaje que sintetiza su espíritu: “Soy Víctor Adrián Loza. Soy feliz. Me levanto todos los días con una sonrisa. Subo a mi motito que tanto quiero y me voy a trabajar”.
Pero ese 12 de abril, la rutina se convirtió en tragedia. “Entré a las 6:00 a.m., contento, lleno de sueños y metas por cumplir. Pero en esa misma mañana, en esa fábrica, apagaron mi luz, me robaron mis sueños, mis metas, mi vida”, expresó su familia, acompañando una imagen de Loza sonriente, como tantos lo recordarán.
Los cuerpos fueron encontrados en una cisterna con agua, y si bien en un principio se pensó que ambos podrían haberse ahogado, las pericias apuntan ahora a una intoxicación con gases tóxicos. Se presume que la falta de oxígeno dentro del tanque fue la causa que llevó a la descompensación y muerte de los dos trabajadores.
