Jimena Barón se sumó a los famosos que mostraron su pesar por la muerte del Papa Francisco con un posteo en las redes donde compartió las fotos de cuando lo visitó en el Vaticano y la sorpresa que se llevó después, a la salida de la visita que tuvo lugar el 1° de septiembre de 2014, cuando estaba en pareja con Daniel Osvaldo y su hijo Morrison tenía tan solo seis meses.
“Los jugadores del Inter y sus familias estábamos invitados a conocer al Papa Francisco. Vivíamos todos en Milán y el encuentro era en el Vaticano (lógicamente). A último momento, no sé qué quilombo hubo con mi pareja de ese momento (siempre había alguno) pero me dijo que no lo dejaban viajar, que se tenía que quedar en Milán”, empezó contando Jimena.
Y prosiguió: “Yo estaba súper ilusionada, ya había comprado ropa blanca para todos (pues flashié presentarnos lo más puros posible) y le dije a mi ex: Momo y yo vamos igual, preguntale al club si nos dejan. Nos dejaron ir con ellos y nos fuimos Momo y yo solos en tren con todo el Inter y sus familias. Había un protocolo de vestimenta, jamás me avisó… Únicamente ropa negra. ‘Qué hacés, boluda???’, me dijo Wanda (Nara) cuando llegué radiante como paloma al Vaticano en un mar de negro de aproximadamente 100 personas. Ahí me enteré del protocolo”.
“Me hicieron esperar a ver si podían hacer la excepción y, finalmente, nos dejaron pasar. Francisco cálido, amoroso, simpático, saludó familia por familia y nos charló un ratito a cada uno. Lo bendijo a Momo, lo besó, Momo le tocó la cara y le sacó la lengua, risueño. Se miraron a los ojos. Nos hablaba argentino, fue un momento muy mágico”, siguió con su relato la cantante.

La sorpresa de encontrarse con Diego Maradona
Y luego, Barón contó la sorpresa que se llevó al retirarse de la visita con el Papa: “Nos despedimos, bajamos unos 10 escalones de un mármol blanco y, entre un grupo grande de gente, un señor agarró a Momo y ese señor era El Diego, que me dijo: ‘sacame una foto con él y mándasela a tu marido’”, reveló Jimena.
“Diego me charlaba y Momo nuevamente le tocaba la cara, curioso. Hablando de magia, esa fue la historia de los 10 escalones blancos más endiosados que tendré jamás para contarle a mi hijo y ahora a ustedes”, cerró.
