Seguramente te preguntaste alguna vez por qué las botellas de vino presentan esa característica hendidura en su base, a la que a veces se llama “Punt”. Existe un falso mito muy extendido que afirma que su función es simplemente darle estabilidad a la botella, pero esta creencia está lejos de la realidad. La verdadera razón de su existencia es mucho más funcional y crucial para la conservación y calidad del vino.
La principal función de esta concavidad es soportar los altos niveles de presión que pueden generarse dentro de la botella. Si la base fuera plana, correría el riesgo de explotar debido a esta presión interna. El hueco, en cambio, genera fuerzas contrarias a las del vino, haciendo la botella mucho más sólida y resistente.

Esta capacidad de resistencia a la presión es especialmente vital para los vinos espumosos, que tienen un alto contenido de dióxido de carbono natural, el responsable de las burbujas. Dependiendo del espumoso, esta fermentación puede generar una presión de entre 3,5 y 6 atmósferas dentro de la botella. Por ello, la profundidad de la concavidad o “picada” varía según el tipo de vino y la presión que deba soportar, y no solo por su edad.

Además de resistir la presión, el hueco tiene otra función importante: recoger los sedimentos. En vinos, especialmente aquellos que envejecen en la botella por más tiempo, se pueden generar sólidos.
La concavidad ayuda a que estos materiales se depositen en el círculo exterior de la base al caer, facilitando que no salgan de la botella al servir el vino. Un vino joven, que no pasará mucho tiempo embotellado, no necesita un hueco tan pronunciado como uno destinado a la crianza en botella.
Es importante destacar que, aunque algunas personas asocian un hueco más grande con un vino de mejor calidad, esto es otro mito. La concavidad simplemente se adapta a las necesidades técnicas del vino.
Aunque su propósito fundamental no es estético ni de estabilidad inicial, la concavidad sí adquirió una función añadida y práctica en la actualidad para el servicio. Permite, de una manera sencilla y elegante, introducir el dedo pulgar en el hueco mientras se sujetan dos dedos a lo largo de la botella para servir el vino con mayor destreza.
En resumen, el hueco en la base de las botellas de vino, o “La Picada”, es un elemento de diseño fundamental que sirve principalmente para resistir la presión interna del líquido y ayudar a la decantación natural de sedimentos, adaptándose su tamaño a las características específicas del vino.
Su utilidad va mucho más allá de la simple estabilidad o la estética.