Existe una rama de la Psicología que se encarga de estudiar cómo las personas se vinculan con los colores. Se llama “Psicología del color” y se dedica a evaluar las preferencias cromáticas de cada uno y cómo estas influyen en sus percepciones, emociones y comportamientos.
Diversos estudios han logrado determinar de qué manera los colores generan respuestas fisiológicas y psicológicas en los seres humanos, trabajos que se han aplicado de manera intensiva en campos como el marketing, el diseño y la publicidad, pero también para crear espacios de trabajo en oficinas y empresas que ayuden a impulsar la productividad de los empleados.
Y, si bien la rama de la Psicología que se especializa en los colores no logró determinar una relación directa entre las tonalidades preferidas con los gustos personales, sí se los puede relacionar con algunos patrones determinados, como la falta de personalidad.
Qué colores están asociados con la falta de personalidad
Es el psicólogo catalán Jonathan García-Allen, egresado de la Universitat de Barcelona uno de los que más trabajó en la relación de la personalidad y los colores. Y, en su trabajo “Psicología del color”, dio una lista de tonalidades que están asociadas con la falta de personalidad.
- Gris: al ser un color percibido como neutro y monótono, se lo asocia con la falta de vitalidad y de personalidad, así como conformismo o falta de emociones. Y, si bien se considera al gris un tono elegante y sobrio, desde el punto de vista de la personalidad siempre conviene combinarlo con tonos más fuertes para reforzarla.
- Beige: los tonos marrones suelen ser considerados como asociados con la estabilidad, seguridad y una conexión con la tierra. Pero también el beige se vincula con la mentalidad tradicional, cautelosa y poco atrevida.
- Blanco: si el blanco es asociado siempre con la pureza y la elegancia, su uso excesivo puede denotar falta de personalidad al no mostrar matices emocionales o creatividad para combinarlo, así como sensación de vacío.
En cambio, los colores que son asociados con personalidades fuertes son generalmente los más cálidos, como el rojo, el naranja y el amarillo. Estas tonalidades están vinculadas con emociones como pasión, energía, vitalidad, alegría y optimismo.
